Antiguo Muelle Flota Blanca (II)
29 de julio de 2016
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En 1955, la United Fruit Company vendió las propiedades que poseía en la zona portuaria con todas las edificaciones, muelles, espigón y construcciones de todo género existentes en ellas, así como sus pertenencias y anexidades a la empresa norteamericana, Norgulf Terminals Inc., por el precio total de 1 900 000 dólares, de ellos 455 000 por esta finca. Por consiguiente, Terminales Norgulf fue la última propietaria privada del inmueble antes del triunfo de la Revolución.
Con la promulgación de la Ley No. 890 de 13 de Octubre de 1960 fueron nacionalizados los bienes de las diferentes compañías extranjeras que explotaban las instalaciones portuarias, con las cuales se formó la Empresa Consolidada de Consignatarias y Terminales Mambisas en 1961, hasta constituir el patrimonio del Grupo Empresarial de la Industria Portuaria, en forma abreviada ASPORT. Mediante la Resolución No. 89 de abril de 1998, dictada por el Ministro del Transporte, fue traspasado el edificio hacia la Organización Económica Estatal Habana Inmuebles Hínes desde el Grupo ASPORT. Con el nombre de Hínes se le conoció por largo tiempo a este edificio en el que también se hallaban varias oficinas relacionadas con el tráfico de la bahía.
En cuanto a la fachada del edificio sorprende por su filiación estilística. Con sus primeras manifestaciones en la década de 1920, el Art Deco envolvió diversas tipologías arquitectónicas en la Isla, sin embargo, fue poco frecuente en la arquitectura industrial del país, por lo que esta construcción se considera un ejemplo excepcional del estilo en este género. El edificio incorporó detalles del Art Deco tanto a nivel de fachada como en los interiores, predominando la limpieza del diseño, eminentemente funcional, muy a tono con las funciones originales de la estructura.
Al decir de Alejando G. Alonso, en su obra Art Deco en La Habana Vieja, “la instalación fue concebida a manera de bloque de oficinas, para cuyo acceso hay puertas –muy bien diferenciadas- a los lados del cuerpo principal del edificio; asimismo se manifiesta como pórtico para dos grandes entradas que permiten la circulación de estibadores y los vehículos encargados del transporte de mercancías; además de cumplir tal destino, la solución le otorga gran monumentalidad al conjunto. En el limpio diseño compositivo de la estructura, se destacan bandas de ventanas que corren sobre los grandes vanos señalados; también, la relativa elevación de las torres que establecen límites físicos y estilísticos con respecto a construcciones aledañas (…). Interiormente, se destaca la calidad de los pisos de terrazo con diseños geométricos diferenciados para cada planta, desde las entradas de las oficinas. Son notables las escaleras de hierro, que se suman a los herrajes incorporados a la carpintería, por su sinceridad al elaborar los materiales, muy a tono con la función del edificio, cuyas áreas de tráfico marítimo fueron del mismo material…”
Valiéndose de las líneas verticales, rectángulos y rombos, todas estas piezas de excelente elaboración constituyen una respuesta decorativa a la modernidad, en este caso, utilizadas de manera coherente con los elementos de la función portuaria para la que fue diseñada esta estructura, a la que muy bien le venían la limpieza de los volúmenes y la severidad del Art Deco. De esta forma, la economía de recursos empleada en la fachada armoniza en su totalidad con su proyecto interior.
Elementos funcionales y de carácter estético definen este edificio que, a juicio acertado de Alonso, recuerda la Hoover LTD. Factory de Londres construida en 1932 por la firma Wallis, Gilbert &Partners y excelente ejemplo de la arquitectura industrial. Esta fue la segunda fábrica, en un inicio solo de máquinas aspiradoras, erigida fuera de los Estados Unidos por Mr. W. H. “Boss” Hoover –la anterior se había ubicado en Canadá.
La construcción de este inmueble y el espigón formó parte de un complejo industrial portuario al servicio del comercio, el almacenaje y la transportación, cuyo objetivo principal fue el de conectar todas estas funciones con el muelle correspondiente y la antigua nave San José. No por ello el proyecto descuidó su cualificación estética. Por el contrario, a la significación de su estructura esencialmente funcional, se le agregaron elementos compositivos a nivel de fachada que denotan toda intención decorativa en búsqueda de la belleza y la originalidad, aspectos sobresalientes en una franja devenida ya, para la fecha en que se construyó, zona fabril y poco favorecida desde el punto de vista residencial.
El muelle conserva elementos de su función original como las bitas para el amarre de los barcos, escaleras metálicas para la circulación del personal, ascensor de carga, así como la toma de agua para casos de incendios.
Por su significación arquitectónica e integración al contexto urbano del sur de la ciudad, este conjunto industrial, posee Grado de Protección III. A ello se suman valores históricos vinculados a la presencia del líder sindical de los obreros portuarios y estibador de estos muelles, Aracelio Iglesias Díaz, quien fuera asesinado durante el gobierno de Carlos PríoSocarrás, en 1948, por sus actividades revolucionarias. En su honor, el espigón tomó su nombre y se colocó en 1969 un busto conmemorativo a la entrada del edificio.
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