Antiguo Edificio Quiñones
24 de octubre de 2014
|Con una singularidad sin precedentes, dentro de las obras construidas en las primeras décadas del siglo XX, se destaca el edificio Quiñones, ubicado en un solar de esquina en la intersección de Empedrado y Aguiar, frente a la antigua Plaza de San Juan de Dios, hoy Parque Miguel de Cervantes, en La Habana Vieja.
Fue inaugurado en 1919 para la empresa Quiñones Hardware Corp. S.A., dedicada al giro de la ferretería, maquinaria en general e implementos de agricultura. Eran los representantes para la venta del cable de acero Monarch y de las conocidas romanas Standard. Poseían un enorme stock en máquinas y artefactos de todas clases que colmaba los grandes almacenes que la empresa tenía en la calle Matadero.
La originalidad de su fachada radica, esencialmente, en las dos monumentales columnas estriadas que se levantan desde el pavimento hasta la cornisa del cuarto piso para enmarcar la entrada principal. La misma está situada, a su vez, en el ángulo de concurrencia de las dos calles, lo que se resolvió por medio de un chaflán. Este recurso para destacar la entrada del edificio fue muy utilizado en la arquitectura civil pública de la época. Encima del chaflán, se proyectó un cuerpo formado por un arco ciego, dentro del cual se dispuso el escudo de la casa y un reloj, guarnecido por dos pilares muy elaborados, que rematan el edificio. Las fachadas laterales se coronaron con una balaustrada para convenir con las de los balcones.
Igual despierta curiosidad, la intención del arquitecto en suprimir de balcones los vanos del tercer piso, colocándolos en el segundo y en el cuarto. Y aunque parezca falta de armonía, la pretensión no es otra que llamar la atención junto a la mezcla de elementos decorativos que exhibe, propios del discurso expresivo del eclecticismo.
La distribución interior fue solucionada de manera ingeniosa y funcional para los fines de la empresa. Así, la planta baja formaba un solo y amplio salón, donde la Quiñones Hardware Corp. S.A. mostraba los distintos tipos de máquinas y materiales que vendía. El segundo piso, también dedicaba un salón a las exposiciones, y a su alrededor corría una galería dividida en oficinas para los diferentes despachos de la empresa. Los pisos tercero y cuarto estaban distribuidos en escritorios, al estilo americano como se decía entonces, y se destinaban al arrendamiento.
La planta baja se abría en grandes arcos carpaneles, devenidos puertas de acceso, que facilitaban la entrada de los productos para la exhibición. Coincidiendo con ellas en las plantas superiores, se diseñaron amplias ventanas, pareadas en la esquina y sencillas hacia los extremos, que ofrecían ventilación e iluminación a las oficinas.
El edificio Quiñones correspondió al momento en que La Habana se transformó rápidamente, impulsada por el auge económico de comerciantes y terratenientes que fomentaron el sector constructivo en la llamada “Danza de los Millones”. La prensa de la época, llegó a reflejar la asombrosa estadística de un promedio de diez construcciones por día, obviamente dedicadas, al sector mercantil, que encontró en el negocio inmobiliario una fuente próspera de ganancias. No siendo igual para las obras destinadas a la vivienda y otros usos sociales.
Alternó en una época las funciones comerciales y habitacionales. Actualmente es la sede del Policlínico Docente Dr. Tomás Romay.
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