Antiguo edificio del Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia II
18 de abril de 2014
|Tras el licenciamiento del Ejército Libertador, en 1899, la vida de los mambises transcurrió difícil y angustiosa, sobreviviendo con la paga de 75 pesos mensuales, provenientes de los 3 000 000 de pesos (equivalentes a la moneda estadounidense) “donados” por el presidente Mc Kinley, hallándose muchos de ellos en manos de especuladores y prestamistas quienes le cobraban al final grandes intereses. Con el tiempo, ya no serían tan recordados los veteranos, salvo por su Consejo…, con el mismo júbilo popular con que fueron recibidos en La Habana, el 24 de febrero de ese propio año, manifestación de alegría, sin precedentes, que volcó a las calles cerca de 150 000 personas. Al reclamo de los excombatientes el problema intentó resolverse nuevamente con un empréstito, esta vez de 35 000 000 de pesos, cuya operación el gobierno de Tomás Estrada Palma la concertó, en 1904, con la casa bancaria de Speyer y Cía., de New York, razones suficientes para que el monopolio estadounidense obtuviera prebendas y motivos para la ingerencia.
Fue precisamente el presidente del Consejo Nacional de Veteranos, General de División Emilio Núñez Rodríguez, quien izó la primera bandera cubana, en el Castillo del Morro, el 20 de mayo de 1902, fecha que marca el inicio de la República. Arriada la bandera de los Estados Unidos que señalaba la presencia del gobierno interventor en la Isla, ató el General Núñez, con la ayuda del vigía de la fortaleza, la histórica insignia a las cuerdas del mástil, a su vez contó con la asistencia de los veteranos coroneles José Clemente Vivanco, Orencio Nodarse, Manuel María Coronado, los tenientes coroneles Rafael Izquierdo, Joaquín Ravena, y los comandantes Eliseo C. Cartaya, Domingo Herrera, Arturo Primelles, Laureano Prado, y Antonio V. Zicay. Fue una ceremonia trascendental, de regocijo para el pueblo cubano, que recordó las luchas de los veteranos por la independencia de Cuba, aunque al final no resultara el régimen soñado.
En aquella República de Generales y Doctores, la mayoría de los cargos públicos estaban ocupados por quienes habían sido enemigos de la Revolución y de Cuba independiente, mientras muchos veteranos continuaban sin trabajo o en condiciones mínimas de vida. Ante esta situación los veteranos pidieron al gobierno la destitución de dichos funcionaros y redactaron, el 28 de octubre de 1911, un manifiesto que fue defendido por importantes figuras de las guerras de independencia, encabezados por el General Emilio Núñez, al frente del Consejo Nacional de Veteranos. Finalmente, el Presidente José Miguel Gómez aprobó el proyecto de ley para la cesantía de estos burócratas, acusados por los veteranos de “espías”, “movilizados” y “guerrilleros”.
Ennoblecieron la directiva del Consejo… nombres gloriosos como los de los generales Pedro E. Betancourt, Hugo Robert, Enrique Loynaz del Castillo, o el Coronel Cosme de la Torriente, entre otras figuras relevantes. En su larga vida el Consejo Nacional de Veteranos reconoció los merecimientos y prestigios de los valerosos patriotas. Dirigió la Asociación de Veteranos de la Independencia, creada en 1909. Otorgaba la Orden Nacional al Mérito Mambí y reclamó el derecho, incluso, de tenderlos en sus salones y rendirle justo honor, como hicieron ante la muerte, en 1914, de la combatiente pinareña Adela Azcuy, a quien acompañaron hasta el cementerio de Colón, donde tuvieron su propio panteón.
En 1946 fue instaurado, mediante una ley, el Día del Veterano. Pero fue en 1954 que comenzó a celebrarse por primera vez. La festividad coincidió con la conmemoración de la fecha patriótica del 10 de Octubre de 1868, día en que se dio el Grito de Yara. El Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia, estaba en aquel momento bajo la presidencia del Teniente Coronel Ramón Garriga Cuevas. En un reportaje de la Revista Carteles, el Teniente Coronel Garriga, en octubre de 1954, expresó: “Tanto el pueblo, representa¬do por sus instituciones, como los poderes del Estado, a través de las autori-dades civiles y militares, han tomado las medidas necesarias pa¬ra que en sus respectivas esferas, el homenaje que merecen los libertadores les sea tributado ade-cuadamente”. “En todas las municipalidades de la República –dijo a la prensa de Carteles- se han constituido Comités Pro Día del Veterano, encargados de orga¬nizar los festejos. El Ministerio de Educación ha establecido la Semana del Veterano, en los días comprendidos entre el 5 y 9 de octubre. Todos los centros de enseñanza, lo mismo primarios que secundarios, dedicarán estos días a explicar a los niños la signifi¬cación e importancia de la obra emancipadora”.
En ese mismo año, y a la propia Carteles, los veteranos expresaron la necesidad de remozar su sede social en Avenida de Bélgica entre Brasil y Dragones. No obstante, la rehabilitación integral tuvo lugar en el año 2001, bajo la dirección facultativa de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y con la función social de Centro Nacional del Combatiente.
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