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Antigua “Casa de La Parra”

12 de junio de 2015

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Calle Bernaza No. 202 esquina a Teniente Rey
(vivienda y comercio)
Hoy: Restaurante “Hanoi”

1-Casa de La Parra

Enclavado en la plaza del Santo Cristo del Buen Viaje y a pocos pasos del Capitolio Nacional, el Restaurante “Hanoi” goza no solo de una privilegiada ubicación, sino del encanto que le aporta esa pequeña casa colonial que lo acoge. Convertido en un  sitio agradable, especializado en comida vietnamita, sin dejar a un lado la criolla, revive la tradición de las antiguas fondas habaneras, que se caracterizaban por el expendio de abundante comida, de buena calidad y precios modestos. Desde la restauración del inmueble, llevada a cabo en 1985, desempeña esta función. Continuos trabajos de remozamiento han permitido que  mantenga su imagen y lucimiento.

1-Amargura 61, antes de la rest.
Por sus características constructivas, afirman los especialistas del tema, que el inmueble remonta su origen al siglo XVII. Se conoce desde antaño con el nombre de “Casa de La Parra”, por un árbol de este nombre que creció en el patio fuertemente aferrado al muro. Lo cierto es, que se considera un digno ejemplo de la arquitectura colonial doméstica que definió la zona más antigua de la ciudad.

3-Restaurante Hanoi, '90
Según documentos de archivo, en 1807 perteneció a doña Manuela Feliciana Rojas, y después a su hija. A mediados del XIX contaba con varias accesorias comerciales, mientras que la vivienda se dispuso en los altos, donde sobresale el cuarto esquinero a modo de mirador. Cambió indistintamente de propietarios y a finales de esta centuria la compró el comerciante Antolín del Collado. Entrado el siglo XX estaba en poder de su sobrina y heredera. En 1926 era su dueño el señor Ramón Grau San Martín, a quien le fue embragada en 1951 por una causa pendiente ante tribunales, debido a ciertos “negocios turbulentos”.

4-Restaurante Hanoi, hoy
Con el paso del tiempo se fue subdividiendo y deteriorando, hasta quedar convertida en vivienda, sin mantenimiento y descuidada, se acrecentó su deterioro, arribando a la década del ’80 en un lamentable estado ruinoso.
Esta modesta edificación se considera testimonio vivo de las primeras construcciones coloniales que rodearon la plaza del Santo Cristo del Buen Viaje. Si bien se vuelve diminuta entre el conjunto de edificios que conforman el recinto, le imprime al entorno un sello de peculiar atracción. Su distribución espacial no se alteró notablemente, dos salones ocupan el restaurante, un bar y en el patio interior de reducidas dimensiones, se disfruta el ambiente más íntimo y agradable.

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