Algunas consideraciones sobre la música cubana y el jazz
2 de mayo de 2013
| |Para nadie es un secreto que el jazz surgió en los Estados Unidos y que es un género musical de difícil interpretación porque exige de gran virtuosismo y de un talento especial para la improvisación, a pesar de lo cual, a lo largo de su historia han surgido extraordinarios jazzistas, como es el caso del pianista cubano Chucho Valdés. También sabemos que surgió a finales del siglo XIX, inspirado en el blues y el ragtime, fundamentalmente. Pero, ¿cuánto sabemos acerca de la presencia de la música cubana en el jazz? A este aspecto dedicaré mi comentario de hoy. Aunque con frecuencia se habla de diferentes vertientes dentro del jazz (jazz latino, jazz cubano…) y reiteramos su origen afro-americano, las profundas investigaciones realizadas por el musicólogo, ensayista y jazzista Leonardo Acosta (Premio Nacional de Literatura) aportan nuevas luces sobre la afinidad y antecedentes comunes entre la música cubana y el jazz. Luego de leer algunos trabajos de Acosta sobre este género al que dedicó muchos años de su vida como intérprete de varios instrumentos, descubrimos que los músicos nuestros tuvieron mucho que ver en la génesis del jazz, con la llegada a Nueva Orleans de cubanos, que se vincularon a los jazzistas norteamericanos desde finales del siglo XIX. Un detalle importante relacionado con los instrumentos utilizados en el jazz, lo señala Acosta cuando dice: “Resulta curioso que la típica cubana se adelantara en el uso del contrabajo como instrumento acompañante y rítmico, mientras las bandas de jazz, salvo raras excepciones, sólo vinieron a incorporarlo en los años veinte, en sustitución de la tuba, empleada con la misma función”. Se ha podido comprobar la presencia de músicos cubanos, entre los primeros jazzistas de Nueva Orleáns, entre cuyos nombres se menciona al cornetista Manuel Pérez, nacido en La Habana en 1863, quien tocó en diferentes bandas, y, finalmente, tuvo la suya. Otro caso es el de los cubano-mexicanos hermanos Tio (Luis y Lorenzo), refugiados cubanos, quienes viajaron a Nueva Orleáns en 1884 con una banda militar mexicana, que incluía en su repertorio contradanzas y habaneras. Pero estos no son los únicos músicos cubanos que se vincularon al jazz desde los inicios del género, pues el investigador John Storm Robert –citado con frecuencia por Leonardo Acosta- ofrece los nombres de: Alcides Núñez (de padre mexicano y madre cubana); Jimmy Palau, quien tocó en la banda del legendario cornetista Buddy Bolden, y posiblemente emparentado con una serie de músicos cubanos de igual apellido, algunos de los cuales fueron jazzistas, como es el caso del saxofonista Rafael Tata Palau y el baterista Luisito Palau. Pero la lista es aún mayor. Y muy importante es el testimonio de Frank Grillo Machito, incluido en el libro de Acosta Un siglo de jazz en Cuba. Expresa Machito: “Cuando Cuba era colonia de España, hubo muchos independentistas que escaparon a Nueva Orleáns, entre ellos muchos músicos, por eso Nueva Orleáns fue siempre tan importante”, Hoy día, los viejos jazzistas norteamericanos reconocen la presencia temprana de música cubana en el género, a través de células rítmicas de la contradanza, la danza y la habanera, asimilados por afroamericanos que se establecieron en Cuba después de la guerra hispano-cubano-americana y que, a su vez, transmitieron sus conocimientos del blues y el jazz a los cubanos. Un ejemplo de esto lo menciona Acosta al referirse al músico negro norteamericano Santiago Smood, “…quen tocaba el banjo, y en Oriente aprendió a tocar el tres y a cantar en español. Se trasladó a La Habana formando con el Gallego Menéndez un dúo que se llamó “El Blanco y el Negro”, y que trabajó en el bodegón La Sambumbia (en las calles Monte y Cienfuegos). En 1921 formo otro dúo con el trovador y sonero Graciano Gómez con quien trabajó en el café y bar Dos Hermanos (Two Brothers) en el puerto habanero.” Mucho más puedo decir sobre el tema, pero mejor recomiendo leer: Un siglo de jazz en Cuba, de Leonardo Acosta, publicado por Ediciones Museo de la Música. 0RBITA MUSICAL 117 15 de abril de 2013 Algunas consideraciones sobre la música cubana y el jazz Por: Hamilé Rozada Bestard Para nadie es un secreto que el jazz surgió en los Estados Unidos y que es un género musical de difícil interpretación porque exige de gran virtuosismo y de un talento especial para la improvisación, a pesar de lo cual, a lo largo de su historia han surgido extraordinarios jazzistas, como es el caso del pianista cubano Chucho Valdés. También sabemos que surgió a finales del siglo XIX, inspirado en el blues y el ragtime, fundamentalmente. Pero, ¿cuánto sabemos acerca de la presencia de la música cubana en el jazz? A este aspecto dedicaré mi comentario de hoy. Aunque con frecuencia se habla de diferentes vertientes dentro del jazz (jazz latino, jazz cubano…) y reiteramos su origen afro-americano, las profundas investigaciones realizadas por el musicólogo, ensayista y jazzista Leonardo Acosta (Premio Nacional de Literatura) aportan nuevas luces sobre la afinidad y antecedentes comunes entre la música cubana y el jazz. Luego de leer algunos trabajos de Acosta sobre este género al que dedicó muchos años de su vida como intérprete de varios instrumentos, descubrimos que los músicos nuestros tuvieron mucho que ver en la génesis del jazz, con la llegada a Nueva Orleans de cubanos, que se vincularon a los jazzistas norteamericanos desde finales del siglo XIX. Un detalle importante relacionado con los instrumentos utilizados en el jazz, lo señala Acosta cuando dice: “Resulta curioso que la típica cubana se adelantara en el uso del contrabajo como instrumento acompañante y rítmico, mientras las bandas de jazz, salvo raras excepciones, sólo vinieron a incorporarlo en los años veinte, en sustitución de la tuba, empleada con la misma función”. Se ha podido comprobar la presencia de músicos cubanos, entre los primeros jazzistas de Nueva Orleáns, entre cuyos nombres se menciona al cornetista Manuel Pérez, nacido en La Habana en 1863, quien tocó en diferentes bandas, y, finalmente, tuvo la suya. Otro caso es el de los cubano-mexicanos hermanos Tio (Luis y Lorenzo), refugiados cubanos, quienes viajaron a Nueva Orleáns en 1884 con una banda militar mexicana, que incluía en su repertorio contradanzas y habaneras. Pero estos no son los únicos músicos cubanos que se vincularon al jazz desde los inicios del género, pues el investigador John Storm Robert –citado con frecuencia por Leonardo Acosta- ofrece los nombres de: Alcides Núñez (de padre mexicano y madre cubana); Jimmy Palau, quien tocó en la banda del legendario cornetista Buddy Bolden, y posiblemente emparentado con una serie de músicos cubanos de igual apellido, algunos de los cuales fueron jazzistas, como es el caso del saxofonista Rafael Tata Palau y el baterista Luisito Palau. Pero la lista es aún mayor. Y muy importante es el testimonio de Frank Grillo Machito, incluido en el libro de Acosta Un siglo de jazz en Cuba. Expresa Machito: “Cuando Cuba era colonia de España, hubo muchos independentistas que escaparon a Nueva Orleáns, entre ellos muchos músicos, por eso Nueva Orleáns fue siempre tan importante”, Hoy día, los viejos jazzistas norteamericanos reconocen la presencia temprana de música cubana en el género, a través de células rítmicas de la contradanza, la danza y la habanera, asimilados por afroamericanos que se establecieron en Cuba después de la guerra hispano-cubano-americana y que, a su vez, transmitieron sus conocimientos del blues y el jazz a los cubanos. Un ejemplo de esto lo menciona Acosta al referirse al músico negro norteamericano Santiago Smood, “…quen tocaba el banjo, y en Oriente aprendió a tocar el tres y a cantar en español. Se trasladó a La Habana formando con el Gallego Menéndez un dúo que se llamó “El Blanco y el Negro”, y que trabajó en el bodegón La Sambumbia (en las calles Monte y Cienfuegos). En 1921 formo otro dúo con el trovador y sonero Graciano Gómez con quien trabajó en el café y bar Dos Hermanos (Two Brothers) en el puerto habanero.” Mucho más puedo decir sobre el tema, pero mejor recomiendo leer: Un siglo de jazz en Cuba, de Leonardo Acosta, publicado por Ediciones Museo de la Música.
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