Algunas consideraciones acerca de la música
20 de marzo de 2017
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Hace algún tiempo expresé que la actual clasificación de los instrumentos musicales era: cordófonos, cuyo sonido es producido por cuerdas; aerófonos, los que suenan por medio del aire; membranófonos, aquellos que tienen membranas para producir el sonido; e idiófonos, los que no necesitan los elementos antes mencionados para sonar. A partir de esta clasificación, cualquier objeto capaz de producir sonidos, como puede ser: un caracol grande, un peine cubierto por un papel cuando se sopla o, incluso, el canto de los pájaros, puede ser utilizado como tal si el compositor lo desea, porque lo importante es recordar que la música es el resultado de la conciencia de los seres humanos. Por todo lo expuesto, se intuye la importancia de investigar acerca del origen de lo que hoy llamamos arte y que, en sus inicios, se hacía de manera espontánea, para comunicarse con los dioses, acompañar el trabajo, expresar emociones…
Tal como plantea la musicóloga cubana Sonia Pérez Cassola: “Se conoce que el Homo sapiens podía imitar los sonidos de la naturaleza, y como Homo musicus, diferenciaba estos sonidos de su lenguaje. Cuando el hombre entra en contacto con los sonidos y posee la capacidad de imitarlos, podemos aseverar que se encuentra a las puertas de una experiencia musical”.
Gracias a los descubrimientos arqueológicos, se han encontrado testimonios de que desde las civilizaciones más antiguas, el hombre descubrió que con su voz, entrechocando las palmas de sus manos o piedras, golpeando un tronco de árbol u otro objeto de la vida cotidiana, o soplándolo, se emitían sonidos que, combinados, resultaban agradables, y fue así como empezó a desarrollar un lenguaje sonoro que sería el primer intento realmente musical.
Aunque, históricamente se utilizó una clasificación para los instrumentos musicales que aún se menciona: de cuerdas (frotadas y pulsadas), de viento y de percusión, esta se basaba solo en los instrumentos europeos, sin tener en cuenta los de otras latitudes. Fue en 1914, cuando dos musicólogos alemanes (Erick von Hornbostel y Curt Sachs) dieron a conocer la clasificación que al inicio de mi comentario mencioné y que es la aceptada en el mundo porque ella no excluye ningún instrumento, por desconocido que parezca. Sin embargo, la musicóloga cubana Ana Casanova Oliva, realizó un trabajo exhaustivo que amplía y complementa la clasificación alemana, el resultado del cual es el Atlas de los instrumentos de la música folclórico-popular de Cuba, realizado por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC), cuya lectura recomiendo a los interesados en el tema.
Para finalizar mi comentario debo decir que la ciencia que se ocupa del estudio, investigación y análisis de los instrumentos musicales es la Organología.
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