Algo más sobre don Fernando Ortiz
4 de abril de 2017
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Cuando se habla de Fernando Ortiz, solo se alude a su importancia dentro del Grupo Minorista al que pertenecieron, entre otros intelectuales, los músicos Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán. Pero él no solo fue un estudioso y defensor de nuestras raíces africanas, y el creador del término transculturación, sino jurista, arqueólogo, lingüista, historiador, diplomático e investigador y analista de los fenómenos estructurales de la cultura cubana y, sin ser músico, fue capaz de escribir libros como: “La clave xilofónica de la música afrocubana”, “La africanía de la música folclórica de Cuba” y “Los instrumentos de la música afrocubana”, en 5 volúmenes. Se adentró en la génesis del problema nacional a partir de su dependencia económica y política de los Estados Unidos. Por eso dedicaré este comentario a resaltar una faceta de su vida profesional, poco conocida: su participación en el Primer Congreso Nacional de Historia, sobre la que escribió el doctor Eusebio Leal y fue publicada en el periódico Granma, en 1981.
Según las palabras del Historiador de la Ciudad de La Habana, el evento mencionado se celebró el 6 de marzo de 1942, y su comité organizador fue presidido por el doctor Emilio Roig de Leuchsenring quien propuso –y fue aprobado por unanimidad- que la presidencia del Congreso la ocupara don Fernando Ortiz, “como un homenaje que haya de rendirse cada año, a un intelectual cubano que se haya distinguido por su valiosa obra histórica y su elevada ejecutoria moral y cívica”. Se presentaron más de 100 trabajos, no competitivos, de temáticas variadas, y se contó con la participación de numerosas instituciones y personalidades de América. En ese Congreso, se destacó la labor realizada por Ortiz, no sólo en el campo de la investigación, sino en el social y político; su adhesión a las causas nobles y sus incontables artículos y conferencias publicadas por instituciones como la Sociedad Económica de Amigos del País y las revistas “Bimestre Cubana” y “Ultra”. También se abordó su participación en la Junta Cubana de Renovación Musical, en 1924, de importancia vital en el campo de la educación, y sus aportes a la Arqueología y la Etnología.
Destacó el doctor Roig, la valentía demostrada por don Fernando cuando, en plena dictadura de Machado, pronunció una conferencia trascendentalen Town Hall, Nueva York, titulada: “La responsabilidad de los Estados Unidos en los males de Cuba” donde expresó: “Detrás de cada usurpador, el pueblo cubano ha visto siempre la sombra protectora de intereses norteamericanos, pagando con su protección extranjera su puesto de comensales en el festín de los despojos cubanos”.Por último, recordó aquel historiador, las palabras de Rubén Martínez Villena cuando, al referirse a don Fernando dijo: “…cuando rueden al olvido piadoso los hombres que usaron máscara intelectual o patriótica y eran por dentro lodo y serrín, la figura de Fernando Ortiz, con toda la solidez de su talento y de su carácter, quedará en pie sobre los viejos escombros, y será recogida por la juventud reconstructora para servir como uno de los pilares maestros sobre los que se asiente la Nueva República”.
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