Alejandro Lipschutz
4 de marzo de 2020
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El 6 de marzo de 1963, en la noche, la Universidad de La Habana fue sede de un acto inusual y solemne: la investidura con el grado de Doctor Honoris Causa de un profesor chileno que contaba 80 años. ¿Su nombre? Alejandro Lipschutz.
El doctor Juan Marinello, entonces rector del alto centro docente capitalino, pronunció el elogio del visitante. Lo hizo en estos términos:
“El profesor Lipschutz es, en el ámbito americano, uno de los trabajadores de la cultura de más ancha curiosidad y de más varia sabiduría. Fisiólogo, biólogo, historiador, sociólogo, ha atesorado en su vida dilatada y fecunda tal sumo de noticias e inferencias, que merece cumplidamente un título pocas veces alcanzado, el de sabio”.
Si en Lipschutz causaba admiración lo multidisciplinario de sus intereses intelectuales, aún más sorprendía la capacidad de trabajo que conservaba, la agilidad de su inteligencia siempre despierta. A los estudios de endocrinología y del corazón, a sus trabajos sobre los trastornos hormonales y la génesis de los tumores, sumaba sus apreciaciones en torno a los problemas indigenistas y raciales de América, acerca de los cuales publicó una extensa obra, algunos de cuyos títulos son: La comunidad indígena en América y en Chile, 1956; Indoamericanismo y raza india, 1957 y El problema racial en la conquista de América, 1963.
La realidad latinoamericana, convulsa e inestable en tales momentos, compulsaba a pensar, a buscar una interpretación científica de los hechos, a aquel chileno adoptivo —nacido realmente en Letonia— y de apellido tan extraño y difícil de pronunciar para sus conciudadanos, que tanto admiraban sus deseos de hacer en favor de los demás.
En Cuba desarrolló el doctor Lipschutz una actividad intensa, con visitas a las universidades de Santiago y de Santa Clara. También dictó un ciclo de conferencias sobre Darwin y Malthus, en el hemiciclo Camilo Cienfuegos del Capitolio Nacional. El X Congreso Médico Nacional, en sesiones por aquellos días, se sumó a los homenajes.
A los 90 años cumplidos, el profesor Lipschutz hizo llegar un libro inédito al Concurso Casa de las Américas de 1974. El original se recibió cuando ya los premios habían sido otorgados, por lo que la dirección y los jurados del certamen decidieron otorgar, por vez primera, un premio especial extensivo a la obra completa del Dr. Lipschutz. Fue este un último mensaje, vital y lúcido, que enviaba desde su casa del barrio suburbano de Los Guindos, en Santiago de Chile.
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