Alejandro García Caturla en París
25 de enero de 2023
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El 2 de octubre de 1928 el diario habanero El País publicó una entrevista que el corresponsal de ese rotativo habanero en París, Eduardo Avilés Ramírez, hiciera en esa capital al compositor cubano Alejandro García Caturla (Remedios, Las Villas, 1906- 1940), quien entonces realizaba estudios musicales en Francia con la prestigiosa pedagoga y directora de orquesta Nadia Boulanger.
Para los investigadores de la vida y obra del artista remediano, así como los interesados en tener información acerca de las personalidades de la música cubana, reproducimos la citada entrevista.
Las andanzas de un compositor joven en el boulevard
Ha caído en París, desde hace días, el compositor criollo García Caturla. Más que de La Habana viene de Remedios. Más que de las orquestas sinfónicas, ha salido de los “sones” barrioteros. Suave materia plasmable, ha matriculado en su inspiración de flor virgen. Es lo más interesante que en materia artística contamos los cubanos en París. Tanto por sus matrices afrocubanas, desarrolladas en el pentagrama de manera violenta, como porque todavía es un enigma.
Tiene 22 AÑOS.
Es amigo de Carpentier.
Tiene una frente amenazante.
Cuando charla, lleva con el pie no supiéramos qué compases misteriosos, como si la música le anduviera por dentro.
Si hubiera vivido en tiempos de Chopin, hubiera sido el más formidable romántico. Como vive en nuestra época, es una apasionado creacionista lleno de ritmos y de color. Materia plasmable, suave. Obedece al signo del tiempo. Es de los valores que cada época necesita para darse toda entera, con violencia y superabundancia. Este inteligente y comunicativo.
Virtud excelente: trabajo.
Y se ríe del sensualismo romántico de Wagner.
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García Caturla es un asombroso espejo: en él he visto hasta los detalles dolorosos y escondidos, hasta los repliegues exaltados y profundos, hasta las nubecillas que empañan su cielo, el problema musical criollo. Tiene este muchacho un carácter que obedece con exaltación al signo del momento, y el momento cubano en materia musical es: afrocubano y criollo.
- Del problema guajiro —me dice— sé poco. Precisamente cuando regrese a Cuba me iré al interior exclusivamente para pasarme tres meses estudiando el secreto de la música guajira. Pero de la música afrocubana, de la música negra, si puedo hablarle. La conozco muy bien. Casi soy un producto de ella y lo digo con ligero orgullo.
Y García Caturla me habla de la lucha renovadora entablada últimamente en Cuba a propósito de “qué cosa es” en definitiva de lo que podemos esperar de los ritmos barrioteros. Y lo más interesante aún, lo más actual, “qué cosa son”.
A este propósito nos acordamos de un pequeño pero admirable artículo de Carpentier, artículo de sorprendente visión, titulado La lira y el bongó. Allí entiendo yo que se diafanizaba el problema. La lira italiana, necesariamente es italianizante. Y nuestra atmósfera musical está emponzoñada de liróforos. Es preciso torcerle el cuello a la lira. Para que pueda vivir la nota autóctona, la nota dolorosa de la tierra, la nota pura que obedece al paisaje, a las gentes, a las alegrías, a las tristezas del seno materno: el bongó.
(continuará…)
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