Al dormir, ¿sueñan los animales?
20 de febrero de 2015
|Actualmente, los científicos trabajan arduamente en la búsqueda de respuestas a la pregunta del título de este artículo. Veterinarios, neurólogos, zoólogos, psicólogos, se empeñan en descubrir los fascinantes vericuetos del mundo de los sueños en los animales. Compartimos con nuestros lectores algunos de los resultados de esas interesantes investigaciones.
Afirma la neuróloga veterinaria Valentina Lorenzo (Directora Ejecutiva del grupo “Neurología Veterinaria” de Madrid http://neurologiaveterinaria.es/equipo.asp), que los perros, como las personas, sueñan. Dice la especialista que cuando el perro se duerme, entra en una fase de sueño llamada de onda lenta, que se intercala con sucesivas fases de sueño profundo o REM. Que en estas etapas REM de descanso profundo, cuando el perro sueña, le sirve al animal para fijar sus experiencias y lo que ha aprendido durante el día.
De manera que, gracias al estudio de los encefalogramas que analizan la actividad cerebral, los científicos han demostrado que el perro sueña. Esta opinión es compartida por el psicólogo Stanley Coren (Profesor de psicología de a Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá.), que afirmó que si los perros no soñaran se habría producido una sorpresa mayor que saber que sí lo hacen.
¿Cómo saber que el perro sueña? El descanso del perro y sus patrones de sueño, dicen los científicos, se asemejan a los de los humanos. El sueño del can también atraviesa una serie de fases, que se intercalan a lo largo de las horas de reposo. Y los encefalogramas, o estudios del funcionamiento del cerebro del animal, dibujan un gráfico que no dista mucho del que se construye para una persona. Hay mucha similitud entre las fases del sueño del perro y del ser humano. Cuando un perro se queda dormido, al contrario de lo que pudiera parecer, aumenta su actividad cerebral. Es lo mismo que ocurre en las personas. Los expertos se refieren a este primer tramo de sueño como fase de onda lenta o SWS (slow wave sleep, sueño de onda lenta). Este sueño lento del perro se interrumpe cada cierto tiempo, por las llamadas etapas REM (Rapid Eyes Movement, movimiento rápido de ojos). Aquí, la actividad cerebral del perro se multiplica y, si tuviéramos la oportunidad de mirar la pantalla del encefalograma, veríamos cómo el número de ondas que atraviesan por minuto el monitor también se incrementa. Es, sin dudas, la etapa en que el perro sueña. Durante este periodo de gran actividad del cerebro, el perro puede agitarse, mover sus patas velozmente, e incluso, articular sonidos y ladrar. El animal está relajado, pero su cerebro trabaja más de lo que lo ha hecho durante el resto del día.
¿Se sabe qué sueña el perro?…Aunque el perro, claro está, no puede contarnos qué ha soñado. Dice la Dra. Lorenzo que nos lo podemos imaginar, comparando con lo que sueñan las personas. La neuróloga indica, que confrontar los patrones de sueño del humano con los dibujos del encefalograma del can permite entender, al menos en parte, “qué piensa” el animal durante su reposo. Explica la especialista, que podemos presuponer que un perro que se agita o mueve rápido sus patas sueña que alguien, o algo, le persigue o que está jugando. En otras ocasiones, el can imaginará ingerir un sabroso plato de comida o que es él quién persigue a otro congénere.
Entonces, si un perro sueña, ¿también puede tener pesadillas? La experta dice que sí. Por analogías con el ser humano, el perro, al igual que puede tener sueños placenteros, puede tener pesadillas o sueños negativos.
Pero, ¿existe algo en el sueño del perro que pueda distinguirlo del ser humano?
Sí, aunque el sueño del perro se parece mucho al de las personas hay algo que los diferencia. El perro se despierta con frecuencia durante su descanso, y como su pariente el lobo, alterna ensueño con los ratos de vigilia. Explica la neuróloga veterinaria, que el perro está más tiempo en vigilia que las personas durante la noche y se despierta frecuentemente durante su descanso. Como el lobo, alterna el sueño con períodos de vigilia. El perro duerme entre cinco y veinte minutos seguidos y se desvela otros cinco minutos, para después volver a conciliar el sueño. Este comportamiento responde a que el perro aún conserva muchas de las conductas adquiridas de sus ancestros.
¿Es importante que el perro descanse? El correcto descanso es tan importante para un perro como para las personas. Dormir es muy importante en todas las etapas del animal. La falta de sueño le afecta tanto físicamente como a sus capacidades mentales.
¿Y el soñar en otros animales? No se ha comprobado en todas las especies, pero se sabe, por ejemplo que las ratas, sí sueñan.
Hace más de una década que el psiquiatra Jonathan Wilson (1924 – 2008, Profesor Emérito de la Universidad Rockefeller) y sus colegas, consiguieron demostrar que las neuronas en el hipocampo de las ratas se reactivaban durante el sueño como resultado de experiencias durante las horas de vigilia, lo cual parecía indicar alguna forma de vida onírica. No obstante, hasta hace un par de años no se había tenido la certeza de que los animales, al menos algunos de ellos, sueñan y, sobre todo saber algo sobre el contenido de esos sueños.
Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, demostró que estos roedores tienen experiencias oníricas complejas. Al parecer, las ratas con las que experimentaron soñaban con la actividad que habían estado realizando durante el día, como correr por un campo de maíz, ya que en ambas situaciones, despiertas y dormidas, sus cerebros mostraban el mismo tipo de activación neuronal en el hipocampo, el área asociada a la memoria. Los resultados eran tan claros que los científicos podían incluso averiguar en qué lugar del maizal se hallaba el animal durante el sueño, o si en él estaba moviéndose.
Los expertos indican que tal vez estos patrones podrían repetirse en todos los mamíferos, pues comparten las estructuras neuronales que hacen posible que se produzcan los sueños.
Ahora, gracias a los experimentos del Instituto Tecnológico de Massachussets, se sabe que los elefantes sueñan con la verde sabana, los leones con las presas que cazan, las ardillas con los árboles del parque y las ratas de laboratorio sueñan con complicados laberintos, aunque probablemente las de alcantarilla lo hagan de forma menos prosaica y sus sueños sean tan épicos y variados como el de los humanos.
El hecho de que algunos animales duerman y sueñen muy poco en comparación con otros que lo hacen mucho, parece estar inversamente relacionado con el grado en que las diversas especies se las arreglan con el peligro ante los depredadores. Según algunos resultados hallados en este sentido, las especies más vulnerables tienden a tener un sueño poco activo, es decir, cuanto más peligro corren en el entorno, menos sueñan.
Parece que los anfibios y los peces no sueñan y los pájaros tienen episodios oníricos muy breves. Los reptiles tienen movimientos oculares rápidos durante el sueño pero no van acompañados con ondas cerebrales similares a las de los humanos durante dicha fase.
Entre los mamíferos la situación es muy distinta. La cantidad de sueño en fase REM con frecuencia tiene que ver con el grado de desarrollo del animal al nacer. Aquellos que nacen prácticamente desarrollados como las ovejas apenas disfrutan de fases REM. En estas últimas, por ejemplo, tan sólo se observa un 1% de fase REM en su sueño diario. Por el contrario, los animales que continúan creciendo y desarrollándose después de nacer, al igual que los humanos, suelen soñar mucho más.
El estudio del sueño efectuado por L.M. Mukhametov y sus colegas en 1988 entre los mamíferos acuáticos, ha arrojado también unos resultados sorprendentes: los delfines, marsopas y focas muestran ondas de sueño lento (sueño profundo) en un solo hemisferio cerebral, es decir, que cada hemisferio duerme alternativamente, cuando el otro está despierto o en un estado de sueño muy ligero. Explica Mukhametov, que esta peculiaridad hasta ahora observada sólo en los vertebrados homeotérmicos podría estar causada por el regreso al entorno acuático de los antepasados terrestres de las modernas ballenas y focas.
Se ha comprobado también, que los gatos sueñan una vez cada 42.3 minutos y lo hacen durante 15.5 minutos. Las vacas sueñan muy poco, una vez cada 82.6 minutos y sólo durante 1.6 minutos. Las zarigüeyas tienen fases REM de 23.3 minutos de duración cada 19.2 minutos. Los monos ardilla sueñan durante 22.9 minutos cada 17.00 minutos. Las jirafas tienen aproximadamente 20 minutos de sueño REM todas las noches, con episodios de 1 a 6 minutos cada vez. Durante este tiempo, están tumbadas con la cabeza sobre el cuerpo o en el suelo. Les tiemblan los párpados ocasionalmente.
Los caballos tienen que estar tumbados en el suelo para experimentar la fase REM. A veces, mueven las patas cuando duermen e incluso relinchan.
Y el ser humano sueña una vez cada 60.6-76.36 minutos y por una duración de entre 6.6 y 10.6 minutos.
Querido lector si tienes una mascota en casa, obsérvala, y averigua si sueña cuando duerme. Los indicadores típicos suelen ser:
• Movimientos oculares bajo los párpados (fase de sueño REM donde suele producirse la mayor parte de los sueños),
• Cambios en la respiración,
• Temblor de las orejas o bigotes,
• Espasmos ocasionales de la cabeza o las patas.
En el caso de los perros, se puede incluso observar que si se les coloca comida delante comienzan a masticar.
Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
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