1957: Medio siglo de teatro en Cuba (II)

17 de diciembre de 2014

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Ramón Fajardo

Continuamos hoy en nuestra sección con la publicación fragmentada de un extenso e interesante trabajo que, con el título de Medio Siglo de teatro en Cuba, el periodista Francisco Ichaso incluyó el 15 de septiembre de 1957 en una edición especial del “Diario de la Marina” por el 125 aniversario de ese rotativo habanero.

 

La comedia y el drama

 

Numerosas han sido en 55 años las manifestaciones de la escena cubana. Podemos clasificarlas del siguiente modo: 1) El drama universal. 2) La ópera. 3) La zarzuela española y la opereta vienesa. 4) El llamado “teatro vernáculo”. 5) El teatro cubano de aspiraciones universales. 6) La tonadilla, el baile y otras “variedades”.
En el género que la gente de la farándula llama “de verso”, es decir, comedia y drama, casi todo lo que se ha ofrecido en Cuba durante medio siglo ha procedido de España. Hubo una época, hasta 1933 poco más o menos, en que regularmente nos visitaban las más importantes compañías de la Península y ofrecían en el Nacional, en el Principal de la Comedia y en el Martí temporadas prolongadas y fructíferas. Citaremos, entre las de más nombradía, a las de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, que fueron durante mucho tiempo artistas mimados de nuestro público y que nos dieron a conocer muchas joyas del teatro clásico y las principales obras de Benavente y otros autores españoles contemporáneos; la de Enrique Borrás, la de Emilio Thuiller, la de Tallavi, la de María Palou, con la que se inauguró el Principal de la Comedia; la del teatro Lara, de Madrid; la de Ernesto Vilches, la de Lola Membrives, la de Catalina Bárcenas, la de Josefina Díaz Artigas, la de la argentina Camila Quiroga y las de otras histriones e histrionisas de renombre, cuya prolongación demoraría demasiado este trabajo.
Párrafo aparte queremos dedicar a la compañía de Margarita Xirgu, que ofreció dos temporadas en La Habana y de la cual puede decirse que ha sido la única institución teatral española organizada a la moderna dentro de un marco estricto de tecnicismo y de rigor artístico.
Bajo la dirección inteligente y sensitiva de Cipriano Rivas Cheriff, nos dio a conocer esa compañía las mejores obras del teatro clásico español y extranjero contemporáneo, entre ellas las de Federico García Lorca y Alejandro Casona, renovadores de la escena hispánica.
Merece señalarse de modo especial la temporada ofrecida por la gran compañía del gran actor y director francés recientemente fallecido Louis Jouvet, que representó obras clásicas y modernas con gran propiedad y belleza.
Ya antes nos habían visitado grandes figuras extranjeras como Sarah Bernhardt, Eleonora Duse, Mimi Aguglia, Giovanni Grasso, Pierre Magnier, etc.