Cumbre iberoamericana: la presencia de Venezuela
26 de abril de 2021
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La XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno que correspondía al pasado año se ha celebrado finalmente en abril de 2021, de manera virtual debido a la situación epidemiológica aún compleja mundialmente, pero con una agenda centrada precisamente en los nuevos desafíos, amenazas e incertidumbres generadas por la pandemia COVID-19.
Al pequeño estado europeo de Andorra le correspondió esta vez la organización y convocatoria de la cita -junto a la Secretaría General Iberoamericana radicada en Madrid- logrando dar continuidad a estas Cumbres, que con sus altas y sus bajas cumplieron ya 30 años de iniciadas en Guadalajara, México, en Julio de 1991.
Como es de suponerse, tales encuentros nunca fueron muy bien vistos por los gobiernos de Estados Unidos, siempre reacios a todo lo que pueda convertirse en unión, afinidad, integración o simplemente encuentro entre los países latinoamericanos y caribeños, por muy inocentes que puedan parecerles los resultados.
Para ese tipo de encuentros, el imperialismo norteamericano reserva a la OEA, que es su redil preferido y es donde está presente, donde tiene todas las posibilidades de mover los hilos a su antojo y donde puede llegar a tener tan serviles como Luis Almagro, que hagan su voluntad ciegamente.
Tal como en la Cumbre fundacional de Guadalajara, fue la asistencia de Cuba -en aquella ocasión representada por Fidel Castro- el hecho más significativo y políticamente más destacable, es indudable que esta vez -aún de manera virtual- ha sido la presencia con pleno derecho como corresponde de la República Bolivariana de Venezuela, lo que ha otorgado a esta Cumbre la más plena legitimidad y representatividad.
El gobierno constitucional presidido por Nicolás Maduro -en la persona de la vicepresidenta Delcy Rodríguez- tuvo la oportunidad de ejercer el derecho soberano que le incumbe como país libre e independiente, Cuna de América, y allí emitió sus criterios sobre el tema central de la agenda y la forma en que ese país, bloqueado, perseguido y asediado por el imperio yanqui, lo está enfrentando con decisión y sabiduría.
Un sentimiento unánime fue el reclamo por una distribución más justa equitativa de las vacunas contra la COVID-19 que están produciendo los consorcios farmacéuticos del mundo desarrollado, actualmente secuestradas por un reducido grupo de países capitalistas con intenciones monopólicas.
La próxima Cumbre Iberoamericana regresará al Caribe y su sede será la República Dominicana. La Cumbre de Andorra no pasó inadvertida.
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