“Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer,
porque los niños son la esperanza del mundo. Y queremos que nos quieran,
y nos vean como cosa de su corazón.”
José Martí
En tiempos de tanta complejidad a raíz de la situación epidemiológica por la que atraviesa el mundo, sorprender y provocar sonrisas en los niños y niñas es una tarea fundamental. El Programa Infantil, del Centro de Gestión Cultural, cada año duplica estos propósitos con la Fiesta del Libro Infantil, esta vez predominando la modalidad virtual. Variadas propuestas e iniciativas llenaron el alma de estos pequeños, quienes fueron los protagonistas de disímiles acciones.
“Nos unimos en el compromiso de presentar la convocatoria y organizar un programa de actividades online, que terminó siendo muy abarcador. Talleres infantiles, exposiciones, premiaciones de concursos y lanzamiento de otros nuevos, intercambios entre proyectos, entre ellos, experiencias foráneas vinculados anteriormente al trabajo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH); así como presentaciones de libros y encuentros metodológicos para los especialistas fueron algunas de las propuestas”, destacó al sitio web Habana Cultural, Adriana Díaz, especialista principal del Programa Infantil y Adolescente del Centro de Gestión Cultural de la OHCH.
La presencialidad se combinó, en esta ocasión, con las plataformas virtuales como Facebook, WhatsApp y Telegram; donde la creatividad, la dinámica y la exquisitez de las acciones no evidenció cambios en el interés y participación de los más pequeños, que siempre mostraron su entusiasmo y ganas de aprender.
“Los resultados fueron positivos en tanto se promovieron espacios de recreación y aprendizajes relacionados a la Literatura y al Arte en general. Se generó un ambiente de festividad en tiempos tan necesarios como los actuales. Se estimuló el adecuado uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y particularmente el manejo de redes sociales. Por otra parte, se extendió el alcance del evento en tanto participaron infantes y adolescentes de diversos municipios de la Capital y del país. Al mismo tiempo que se generaron entornos protectores, tomando la cultura como eje fundamental”, refirió la especialista.
Como parte de esta gran Fiesta no podía faltar el proyecto Somos uno, que desde el año 2013 forma parte del Programa Social Infantil de la Oficina del Historiador, logrando beneficiar, con propuestas culturales vinculadas al patrimonio citadino y de nuestro país, a infantes, adolescentes y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad. En esta ocasión, celebrando el Día de Concienciación del Autismo, se decidió llegar hasta los niños de la escuela Especial Dora Alonso; así como a otros con necesidades especiales de fotoprotección.
Tomando todas las medidas requeridas para garantizar la salud de los involucrados y vestidos de azul para apoyar la inclusión social y transmitir un mensaje de amor e igualdad, en la mañana del viernes 2 de abril se realizaron visitas a los hogares de estos pequeños. “Sensibilidad y solidaridad fueron palabras clave de la propuesta del Andar Especial Somos uno, que esta vez contó con el apoyo del espacio creativo “Tu Taller”, reciclando y creando, donde infantes que formaron parte de esta iniciativa cultural, que promueve el aprendizaje de las artes plásticas y visuales, confeccionaron juguetes caseros y otras manualidades para obsequiar a los invitados”.
Fue entonces que, gracias a esta idea, los obsequios, muestra del cariño y el amor de sus creadores, fueron entregados por uno de los coordinadores del taller, Malcolm Baró Munder, y especialistas de la Oficina del Historiador; quienes estuvieron acompañados por el payaso Alberto Castellón, integrante del proyecto Vivientes de arte callejero.
“Llegamos a los hogares de 25 pacientes de varios municipios de la Capital. Fuimos recibidos desde la distancia, con muchísima calidez por parte de los pequeños y jóvenes de 4 a 24 años de edad; así como por sus familiares. En sus rostros se expresaba la alegría y el agradecimiento por conocer nuevos amigos y las creaciones tan hermosas dedicadas y personalizadas de otros niños para ellos. Cartas, postales, libros en 3D o pop up, maquetas, globos aerostáticos, barcos, atrapasueños, dibujos, títeres de mano, marionetas, manualidades con cerámica fría, foami y plastilina, entre otras, fueron algunos de los regalos compartidos. La mayoría de ellos confeccionados, a partir de material reciclable siendo fieles al eslogan del taller”, relató Adriana Díaz.
Igualmente, se compartió esta experiencia con las imágenes del encuentro en un grupo de WhatsApp como evidencia del amor y el cariño de este momento. Asimismo, es importante mencionar a la Quinta de los Molinos, la cual se sumó a estas iniciativas con la donación de hermosas posturas de plantas, que luego fueron sembradas en espacios verdes del hogar o en maceteros; junto al imprescindible apoyo de la OHCH y uno de sus principales aliados, Oficina de UNICEF Cuba.
Sin duda, la Fiesta del Libro Infantil y el proyecto Somos uno sorprendió a sus participantes y aquellos que lo siguieron desde la distancia; el confinamiento y la Covid 19 esta vez no fue obstáculo para que entre todos siguiéramos COMPARTIENDO SONRISAS.