La Casa de la Poesía es un “planeta de cuentos”

2 de abril de 2021

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Thays Roque Arce

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Casa de la Poesía, Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Cultura, taller virtual

 

 

Desde octubre de 2020 la Casa de la Poesía del Centro Histórico de La Habana acoge el taller virtual el “Planeta de los cuentos”, una oportunidad para que los niños y niñas en edad escolar primaria se acerquen a la literatura a través de diferentes ejercicios de creación.

El taller virtual que se realiza vía WhatsApp es una expresión de los espacios infantiles que tradicionalmente ha acogido la Casa. Es el resultado del esfuerzo de los especialistas Yanet Lovet, Sinecio Verdecia y Alejandra Ferrer, entre otros, y complementa la intensa actividad virtual que de forma paralela ha mantenido la institución también desde su perfil en la red social Facebook desde el cierre obligatorio provocado por la Covid-19.

 

 

Es precisamente en este perfil social del Centro donde podemos apreciar los resultados del taller “El planeta de los cuentos”: cuentos infantiles escritos, reinterpretados e incluso narrados por sus integrantes, rebautizados ahora como “cosmonautas”.

Con el objetivo de fomentar la lectura mediante la poesía y la narración oral, los ejercicios de creación incluyen la realización de historias breves a partir de una imagen, y la versión de cuentos clásicos infantiles.

Habana Radio ha servido de plataforma para que los pequeños “cosmonauta” compartan sus creaciones literarias en la sección infantil de la revista Vitrales Con vara y sombrero en las frecuencias nuestra emisora, los lunes a las 4:20p.m.

“La familia”, de Kevin Calderón Coy, de 9 años:

 

 

Hace mucho tiempo, en un lugar muy escondido de la selva amazónica de Brasil vivía un niño muy inteligente y cariñoso llamado Lucas, que cuidaba a todos los animales del bosque y ellos también lo querían y lo cuidaban. Sus dos mejores amigos eran un dinosaurio de cuello largo y color azul como el cielo y ojos grandes y alegres, al que le puso de nombre Rayo, y un tucán de pico grande y negro que iba en su hombro a todas partes y que respondía al nombre de Rápido.

Juntos jugaban, se divertían mucho, curaban y alimentaban a los animales que tuvieran algún problema. Pero cual fue su sorpresa cuando el muchacho despertó una mañana y se dio cuenta que Rayo había desaparecido. Pasaron 365 días de tristeza, preocupación y pena, pensando que a su amigo le había pasado algo, lo buscaron sin descanso. Pero justo en el día 365 cuando salía el sol, vieron a lo lejos acercarse a su amigo lentamente y no venía solo. Dos bebés de muchos colores y una cuello largo naranja y verde lo acompañaban. El niño saltaba de tanta alegría.

Y fue así que desde entonces vivieron juntos esta familia de amigos porque aunque eran diferentes era igual su amor.

 

Camila Espronceda Ávila tiene 10 años y sueña con ser escritora, locutora y cazadora de misterios. Ella escribió la historia “El bosque de las maravillas”, inspirada en una de las láminas del ejercicio del “Planeta de los Cuentos”.

 

 

Había una vez una niña llamada Lucía que estaba en un autobús con su familia rumbo a una excursión. En cierto momento a Lucía se le cae el espejo donde se estaba mirando por la ventana. Decide bajar a cogerlo, pero sin darse cuenta el chofer sigue su camino y deja a Lucía en medio de un bosque. Al verse sola en medio de todo aquello, caminó y caminó hasta llegar a una feria detrás de unos enormes árboles.

Al llegar, lo primero que vio fue una gran estrella donde decide montarse. Pero, para su sorpresa no había absolutamente nadie en aquel lugar. Entonces fue a montarse en otro aparato, pero no funcionaba, y fue a otro, y a otro, y a otro, y nada.

Entonces se subió a un pequeño escenario con un cartel que decía: “Maravillas” y comenzó a cantar, y poco a poco fueron llegando personas con deseos de escuchar cada vez más la voz de Lucía.

Desde entonces se dice que esa es la voz que escuchamos cuando vamos al “Bosque de las Maravillas”.

 

 

Como parte de la Fiesta del Libro Infantil en las Aulas Museos que se desarrolla todos los años en el Centro Histórico, el taller ha incorporado nuevos retos creativos para los niños, con el encuentro “Criaturas Fantásticas” que imparte la mexicana Viviana Plaza, escritora, poeta y maquillista.

 

 

El taller también ha escogido rendir homenaje a importantes escritores cubanos con obras infantiles. Es el caso del Cuentero Mayor, Onelio Jorge Cardoso, a través de su libro “Los tres pichones”. Los niños han creado historias inéditas con la inclusión de personajes de este texto, y han llegado a personificarlas a través del maquillaje y las técnicas que aprenden junto a Viviana Plaza.

“Los pichones y el domador”

Un día de marzo tres pichones perdieron a su madre. Al quedarse solos emprendieron un viaje en busca del circo. Era un sueño que tenían, gracias a las historias que su mamá les contaba. El camino fue duro y se enfrentaron a grandes halcones. Pasó el tiempo y llegaron al circo Arcoíris. Fueron bienvenidos y recibidos como parte del equipo, menos un domador de fieras, Plim el grande, que lloraba por la muerte de su león. Plim les ofreció reemplazarlo y ellos aceptaron. El domador vigotudo con su látigo largo como el cuello de una jirafa, dio un golpe tan fuerte que le rompió el ala a unos de los pichones y los tres decidieron renunciar. Plim no los dejó marcharse porque ganó fama por ser el primero en domar a unos pichoncitos indefensos e inocentes.

El director del circo, Ramón, comenzó a sospechar por la tristeza de los pequeños. Descubrió al malvado domador y expuso su cruel engaño.

Ramón le pidió al domador que abandonara el lugar y este se disculpó con los diminutos pajaritos. Los pichones, agradecidos, se quedaron haciendo excelentes espectáculos junto al payaso.

 

 

En la plataforma de Facebook se pueden seguir los resultados del trabajo con los niños participantes en el taller, así como sus logros, como cuando en el mes de febrero divulgaron que el “Niño festival”, editorial de la región de los Lagos, Chile y fundada por la niña Rayen Ramírez Graf (10 años) para publicar libros escritos por niños, otorgó premios a tres niñas talleristas que resultaron ganadoras de su  concurso literario (Shiara Torres Nápoles con “El collar mágico y las princesas”; Camila Espronceda Ávila y “El valor de una sonrisa”, y Andrea Sophia Herrera Rodríguez por “El gato y la brujita”.

También se pueden encontrar videos de narraciones orales de literatura cubana por algunos de los niños y niñas participantes en el taller ciberespacio de WhatsApp.

Inspiradas en “Sinsonte”, de Dora Alonso, las niñas Camila Espronceda Ávila y Andrea Sofhia Herrera Rodríguez, recitaban poemas de la “Flauta de Chocolate”, de la escritora cubana, Premio Nacional de Literatura.