Azúcar desde la historia
10 de febrero de 2021
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“La palabra azúcar viene del sánscrito sharkara, que los persas transformaron en sakar, los griegos llamarían sakjar, el árabe clásico lo nombró sukkar, y posteriormente, el árabe hispano lo llamó assúkar“, relata la doctora Isis Betancourt Torres, jefa del grupo de Investigación sobre Historia, Arte y Medicina (HISTARMED). Y añade:
“El arte unido a la historia permite recordar que la producción azucarera, como se refleja en obras de la plástica, fue fruto de la sangre, el sudor amargo del esclavo y las lágrimas de la opresión. Incluso, el historiador británico Noel Deer, asegura que se comerciaron 20 millones de africanos y dos terceras partes de ellos se pagaron con azúcar”.
“No obstante su relevancia –se obtenga de la caña de azúcar o de la remolacha–, es considerado como uno de los principales aportes energéticos para el organismo y muy necesario en nuestras funciones. El problema radica en la proporción y los tipos de azúcares, pero de todos, la llamada azúcar prieta es la menos procesada y más beneficiosa.
“Entre sus ventajas están: suministra la energía necesaria, gusta su efecto de saciar y la sensación de bienestar pero, si se consume en exceso, el menor de todos los males serán las caries, pues también se asocia al sobrepeso, obesidad, desplaza a otros alimentos necesarios, además de favorecer el aumento de triglicéridos.
“Su consumo inapropiado está relacionado con la intolerancia a la glucosa, la diabetes mellitus, arterioesclerosis, aterosclerosis y el cáncer de páncreas”.
Conclusión: demos al azúcar la proporción exacta en el consumo para proteger nuestra salud.
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