Los «últimos» 46 minutos de Trump
7 de diciembre de 2020
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Hacer de su presencia en público o ante la prensa estadounidense, algo esperado, impactante y de cierta incertidumbre ante lo que dirá, es la fórmula encontrada por el aún presidente Donald Trump, en esta cuenta regresiva hasta su final en la Casa Blanca.
Con esa expectativa apareció un video de 46 minutos, del cual el propio mandatario había adelantado que «este es quizá el discurso más importante que he dado jamás».
¿Será su renuncia? ¿Descubrió el fraude del que tanto habla? ¿Se declarará emperador para no abandonar la Casa Blanca?
A saber cuántas interrogantes se acumularon en la mente de los «conmovidos» por el aviso.
Pero, nada de eso. Se trata de más de lo mismo. La retórica pos electoral con denuncias infundadas sobre un fraude que nadie ha encontrado, ni siquiera sus más cercanos colaboradores.
Era parte de otro show propio de un hombre que, sin dudas, domina los medios y hasta satura las redes con sus continuos tuiter, que dicen y se contradicen en cuestión de minutos.
Esta vez, frustrado por tantas derrotas, una detrás de la otra, optó por exigir al Tribunal Supremo que tome cartas en el asunto.
Un día antes el todavía mandatario republicano había recibido un tremendo batacazo cuando el fiscal general de Estados Unidos, su aliado William Barr, aseguró que «no había hallado ninguna irregularidad a gran escala que pudiera cambiar el resultado de los comicios presidenciales ganados por el demócrata Joe Biden.
Pero, eso sí, no se puede poner en duda que Trump es persistente en sus acusaciones, aunque ninguna de ellas tenga fundamento.
Por eso, ni los reveces en cada pleito que formuló con sus acusaciones de fraude, ni el hecho de que ya los estados principales hacia donde dirigió sus dardos cargados de mentiras, le han hecho dejar de persistir en que «le robaron el triunfo».
Aún así, en este video, llega a cuestionar el tan venerado sistema democrático estadounidense y se atreve a afirmar que «Biden ha ganado de forma ilegal, y si los demás no lo ven, es que son cómplices».
Muy claro: acusa de coautores del supuesto fraude, tanto a los representantes del estado en cada lugar, a los órganos de justicia y a los propios republicanos que le advierten que el triunfo del demócrata es irreversible.
El video, además, causa el rechazo adicional de mostrar a un presidente de Estados Unidos capaz de arroparse con las mentiras más ilógicas y de aferrarse a su ego, tal emperador designado por un poder no terrenal para, haga lo que haga, mantenerse en el poder, por encima de todo y de todos.
Si el tema es matemático, Trump da muestras de ser un total ignorante en eso de sumar o restar. No tiene en cuenta para nada que por el demócrata Biden votaron 81 millones de personas, es decir, siete millones más que la cantidad que lo hicieran por él.
Y si eso no valiera, debía tener en cuenta el derrotado mandatario, que el demócrata vencedor obtuvo 306 votos de los colegios electorales y él recibió solo el favor de 232.
En fin, que los 46 minutos de lo que considera su discurso más importante de la vida, no ha pasado de ser su propia burla, su desnudez de ética y de esa enfermiza creencia de sentirse un ser superior.
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