Victoria del multilateralismo
23 de noviembre de 2020
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Una importante victoria del multilateralismo constituyó la firma de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) que tuvo lugar de manera virtual desde Hanoi, capital vietnamita, y a la que se integraron los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) junto a China, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Tras largas y detalladas negociaciones que duraron ocho años, fructificó este vasto entendimiento que en su conjunto representa alrededor del 30 por ciento del producto interno bruto mundial y otro tanto de la población mundial actual. Se le considera el acuerdo comercial más grande del mundo.
Es significativo que en la etapa final del nefasto y ya agónico régimen de Trump se haya logrado esta asociación económica internacional, que va más allá de un simple tratado de libre comercio y consolida como pocas veces anteriores las concepciones multilaterales de intercambio, integración y cooperación que la política del saliente mandatario yanqui intentó torpedear y destruir a toda costa para satisfacer sus afanes absurdos y delirantes de “aislamiento imperial”.
Llama la atención también que en la concreción del acuerdo hayan participado en igualdad de condiciones quince países de muy diferentes niveles de desarrollo, sistemas políticos y sociales, características económicas distintas y aportes diferenciados a la economía y el comercio internacionales.
Todo ello indica que fue logrado un punto de equilibrio justo y aceptado unánimemente, garantizando soberanía e independencia para cada uno de los firmantes, sin pretensiones hegemónicas por parte de ninguno de ellos.
De este modo el multilateralismo se abre paso y aun dentro del marco económico capitalista del llamado “libre mercado” introduce elementos que pueden conducir a una mayor equidad y justicia en los intercambios, inversiones, créditos y otras transacciones, de modo que favorezcan a los países de menos posibilidades y menor desarrollo.
Contribuye también a subrayar el papel regulador del Estado y aunque no sea su propósito evidente,- golpea al neoliberalismo en sus mismas bases de explotación y saqueo.
Al beneficiarse a sí misma, la región Asia-Pacífico se encuentra en mejores condiciones de cooperación con otras regiones del planeta e ir tejiendo de esta manera una buena parte del anhelado nuevo orden económico internacional. El multilateralismo es indispensable para llegar a ese logro.
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