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Un mundo de incertidumbres

1 de octubre de 2020

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ONU, año 2020. No podría ser de otra forma, en un mundo lleno de incertidumbres y desafíos. En la institución creada hace exactamente 75 años, se pone de manifiesto la contradicción entre quienes usan el lenguaje de las armas y el dinero en pro de un mundo unipolar, por encima de la colaboración solidaria y la concertación de esfuerzos multilaterales como única posibilidad para salvar a la especie humana.
Una pandemia que ataca a todos los países y que ya ha dejado casi 33 millones de contagiados y un millón de muertos, se convirtió en el epicentro —de una forma u otra— de los discursos virtuales de una buena cantidad de jefes de estado o gobierno, durante la actual Asamblea General.
Estados Unidos, por acoger la institución y por ser el país con más infestados por la Covid-19 con7.1 millones de contagios y más de 205,000 muertes, no pudo ser una sede segura para tan importante cita de manera presencial.
Según el sitio web de la ONU, los discursos de los 193 países miembros de la organización se sucedieron durante ocho días.
En la apertura, el secretario general Antonio Guterres, hizo un llamado a las naciones a rechazar el populismo y el unilateralismo para dar respuesta a los desafíos y aseguró que el mundo enfrenta las tensiones globales más fuertes en años.
Luego, en nota discordante, se escuchó la grabación del presidente del país anfitrión, Donald Trump, de completo contenido electorero, con palabras provocadoras contra China, y de auto elogio por su gestión en el control de la pandemia, en el desarrollo económico y en que Estados Unidos disponga de «las armas más modernas y potentes del mundo», que «Dios quiera no tenga que usar», advirtió amenazadoramente.
Ni una palabra dedicó a los que han fallecido en su país por la irresponsabilidad de un presidente que, primero consideró la Covid como una «simple gripecita», no propició recursos para un sistema de salud colapsado y por último prioriza la apertura económica aunque los contagios se disparen y las víctimas mortales sean cada día más.
En la Cumbre de la ONU, lamentablemente, se evidenció que un sicópata mandatario, lejos de favorecer el multilateralismo para hacer frente a la pandemia, optó por el lenguaje amenazante, la política de sanciones y hasta asegurar que «el próximo año nos encontraremos nuevamente», dando por segura su reelección como presidente en los comicios del próximo 3 de noviembre.
El día anterior, cuando la ONU celebraba su 75 aniversario, Trump que se había comprometido a asistir a la cita, o al menos pronunciar un discurso virtual, optó por ignorarla, no asistir, no enviar discurso y, en su lugar, que lo hiciera la vice embajadora de su país ante la ONU, Cherith Norman Chalet.
En contraste con el mensaje del presidente estadounidense, y a lo largo de todas las jornadas de la Asamblea General, decenas de mandatarios de países africanos, latinoamericanos y caribeños, europeos y asiáticos, llamaron a hacer real al multilateralismo, eliminar la política de sanciones de Washington, poner fin al bloqueo contra Cuba, y usar la solidaridad —como lo hace nuestra Isla— como arma para combatir la pandemia y construir un mundo inclusivo y mejor.

 

CUBA: URGE REFORMAR LA ONU

 

Llegado su turno, el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, denunció ante el mundo que «más de 1,9 billones de dólares se dilapidan hoy en una insensata carrera armamentista, sustentada en la política agresiva y guerrerista del imperialismo, cuyo máximo exponente es el actual gobierno de Estados Unidos, responsable del 38% del gasto militar global».
«Hablamos de un régimen marcadamente agresivo y moralmente corrupto, que desprecia y ataca el multilateralismo, emplea el chantaje financiero en su relación con las agencias del sistema de Naciones Unidas y con una prepotencia nunca antes vista se retira de la Organización Mundial de la Salud, de la Unesco y del Consejo de Derechos Humanos», manifestó el mandatario cubano.
«Paradójicamente, el país que aloja a la sede de la ONU, también se aparta de tratados internacionales fundamentales, como el Acuerdo de París sobre cambio climático; repudia en consensuado acuerdo nuclear con Irán; impulsa guerras comerciales, pone fin a sus compromisos con instrumentos internacionales de control en la esfera del desarme, militariza el ciberespacio; multiplica la coerción y las sanciones unilaterales contra aquellos que no se pliegan a sus designios y patrocina el derrocamiento por la fuerza de gobiernos soberanos mediante métodos de guerra no convencional», añadió.
Díaz Canel dijo que «Urge reformar las Naciones Unidas. Esta poderosa organización que emergió del millonario costo de vidas de dos guerras mundiales y como resultado de la comprensión universal de la importancia del diálogo, la negociación, la cooperación y la legalidad internacional, no puede demorar más su actualización y su democratización. El mundo actual necesita tanto de la ONU como aquel en el cual nació».
Durante la transmisión de discursos virtuales, el presidente chino, Xi Jinping llamó a realizar una reflexión seria sobre la ONU. De igual manera, no se dio por aludido con las injurias de Trump contra su país e insistió en el diálogo y la concertación en la búsqueda de soluciones a los problemas del mundo de hoy.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, propuso la realización de una conferencia mundial de alto nivel para la cooperación en el desarrollo de vacunas contra la Covid-19.
Aseguró que su país está abierto a «compartir experiencias», entre las que destacó la vacuna Sputnik V.
Sobre otros temas, el mandatario ruso pidió en su discurso un acuerdo vinculante entre las principales potencias para prohibir el despliegue de armas en el espacio y resaltó que su país no ha recibido respuesta por parte de Estados Unidos y sus aliados al llamado de Rusia a limitar el despliegue de misiles de corto y medio alcance en Europa y otras partes del mundo.
En tanto, el presidente de Irán, Hasan Rojhani, enfatizó en que «la época de dominación y hegemonía de EE.UU. ha tocado a su fin» por sus continuos fracasos en el escenario internacional.
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó el apoyo de su país a la Organización Mundial de la Salud, como expresión del multilateralismo en un área fundamental de la vida de los pueblos que es la salud, sobre todo en esta época de pandemia en que la OMS ha tenido que soportar ataques, agresiones e insultos.
Muchos otros jefes de Estado abundaron sobre el tema de propiciar reformas en la ONU, abolir el lenguaje de las armas y las sanciones, hacer de la solidaridad una bandera en la lucha para un mundo posible y para ganar la batalla contra la Covid-19.
Pero, el sabor de la incertidumbre seguirá siendo una realidad en este mundo donde todavía existan personajes como Donald Trump al frente del país que alberga a la ONU y quiere decidir sobre ella… y que fue capaz de asegurar en su discurso que «nos veremos aquí el año próximo».

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