Mariposas y flores en una emisión cubana

1 de octubre de 2020

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La policromía de un conjunto de atractivas mariposas y fragantes flores ilustran las cuatro estampillas y la hoja suvenir de esta emisión puesta en circulación por Correos de Cuba.

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Ejemplares de los hermosos insectos y las lozanas flores, se adueñan de los pequeños pedacitos de papel con los valores faciales de 5, 75, 15 y 65 centavos, a los que se agrega el timbre de la atractiva hoja souvenir con el valor de 1.00 peso.

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La impresión se realizó en papel cromo por el sistema OFF-SET con las medidas 48 por 48 milímetros y perforación 12,5. Circula desde el 11 de mayo de 2003.

Consejos útiles

Hoy haremos referencia a la goma y las marcas de charnela. No está demás recordar que un sello nuevo es aquel pedacito de papel que muestra un diseño impecable, la goma sin rasgos de humedad, manchas o marcas y una perforación con el dentado intacto.

Hablando comercialmente, se trata de un sello perfecto. Ahora bien, desde el punto de vista filatélico este sello, que tomamos como ejemplo, puede considerarse nuevo cuando no ha sido usado. Sin embargo no tiene goma porque fue lavado, o aun cuando teniendo un engomado original lleva la modesta huella de una vieja charnela.

En otras ocasiones hemos dicho, en este espacio, que una colección temática se basa en las imágenes que ilustran los sellos. De manera que en casos como este no se tiene en cuenta el país, la fecha de emisión, la goma o la huella de charnela ya que el filatelista colecciona el sello por la imagen exclusivamente.

Hasta la fecha no se tienen noticias de que algún jurado en una exposición se halla dado a la tarea de extraer una determinada estampilla con el fin de comprobar si tiene goma o no, y también si posee marcas de charnela.

Es oportuno recordar que en una colección general el filatelista estudia el sello por su imagen y su dentado, sin olvidar sus posibles cambios a lo que agregamos la marca de agua, pero nunca estudia su engomado o marca de charnela. Tal concepto tiene lógica, solamente, desde el punto de vista comercial, pero no dentro de esta noble y sana afición que es la Filatelia.

Cabe entonces preguntarnos si los filatelistas coleccionan sellos o goma y marcas de charnela. Sinceramente, estamos convencidos que todos coleccionan sellos de correos.

Curiosidades de la Filatelia

La Administración Postal de España puso en circulación, años atrás, una estampilla que en su diseño recoge la fachada donde se destaca el pórtico de hermosas líneas de la Casa del Cordón.

El nombre original de esta construcción, que se levanta en la ciudad española de Burgos, es el de Palacio de los Condestables de Castilla, tal vez por su tendencia castellana.

La portada principal de la edificación está enmarcada con un gran cordón de San Francisco de Asís, de ahí el nombre de Casa del Cordón.

Este inmueble encierra en sus paredes relevantes hechos ocurridos a lo largo de su existencia, como el pacto de adhesión de la región española de Navarra a la corona de Fernando el Católico, sólo por mencionar uno de aquellos sucesos.

En ese recinto fue recibido el Gran Almirante Cristóbal Colón a la llegada de su segundo viaje a América.

El sello, con el valor facial de 20 pesetas, tuvo una tirada de un millón de ejemplares, impresos en calcografía a dos colores, con dentado tres y tres cuartos. Circula desde el 22 de abril de 1989.

Historia del Correo Aéreo en Cuba, Continuación.

A las 5,30 de la mañana del día 20 de mayo de 1914 despegó Domingo Rosillo desde unos terrenos cercanos a la clínica San Rafael provisto únicamente de una carta geográfica que le entregó el director del observatorio meteorológico del colegio Monserrat, el padre Simón Sarasola sobre la que había sido trazada la ruta más adecuada.

Así lo aseguró el capitán del barco de bandera cubana Caridad Padilla, pues la ruta comprendía el Central Constancia, Abreus, Rodas, Colòn, Jovellanos, Matanzas y Jaruco, reproducida en uno de los sellos conmemorativos emitidos al respecto.

Por su parte, Jaime González recorrió con precisión cronométrica aquella ruta, que le era familiar, hasta Matanzas, donde encontró una espesa neblina, que por breves momentos confundió su itinarario.

Sin torcer su rumbo oeste, pronto reconoció las lomas de Jaruco, en la actual provincia de Mayabeque, en el camino hacia La Habana a donde llegó luego de dos horas exactas de vuelo, aterrizando en el antiguo campamento militar de Columbia, hoy Ciudad Escolar Libertad, a las 7.50 de la mañana, después de un recorrido de 250 kilómetros a través de tres de las seis provincias en las que Cuba se dividía entonces.

El vuelo de Jaime González fue reconocido como el más importante realizado por un avión en los albores del siglo XX.

Para el piloto cienfueguero fue inolvidable aquel momento cuando le fue entregado un trofeo y el dinero ofrecido, por el jurado presidido por el gobernador provincial de La Habana, Pedro Bustillo, el alcalde general Freyre de Andrade y el padre Gutiérrez Lanza, director del Observatorio del Colegio de Belèn.

Continuará.