Contra la mafia contrarrevolucionaria
22 de julio de 2020
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La convocatoria a elecciones legislativas el 6 de diciembre próximo en Venezuela y la propugnada propagandaen su contra montada por el Imperio y sus lacayos nacionales es algo notorio y toma ribetes delirantes, cuando el presidenteDonald Trump vuelve a emplear su flota de guerra para incursionar en aguas territoriales de la naciónsuramericana y tratar de intimidar al gobierno de NicolásMaduro.
No hace mucho se conoció que del dinero venezolano robado por Estados Unidos se iba a dedicar una pequeña parte a premiar con 5 000 dólares mensuales a cada uno de los diputados que no aceptaranpostularse y mantenerse fiel a la marionetanorteamericana de Juan Guaidó.
Empero ello ha fracasado en diversos aspectos y, con una comisión electoral nueva, se han establecido acuerdos hasta ahora no rotos por las diversaspartes que deben hacer posible la cita electoral.
No obstante, Caracas se mantiene vigilante ante las incesantesincursiones de elementos paramilitarescolombianos enconnivencia con la mafia local para desestabilizar al país.
Hasta ahora, con apoyo popular, las fuerzas armadas venezolanas han repelido todo tipo de agresiones, incluido el intento de desembarco marítimo en días recientes.
No hay nada nuevo al respecto, cuando recordamos que un gobiernomenos reaccionario que el actual, como el de Barack Obama se inclinó ante la petición del establishment para señalar a Venezuela comoun peligroinminente para la seguridad de Estados Unidos.
Antes, WikiLeaks había revelado lo que muchos sabían: durante su estancia al frente de la misión diplomática en Caracas, el embajador de Estados Unidos, William Bronwfield, destinó 15 millones de dólares de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) para entrenar y capacitar técnicamente a más de 300 organizaciones no gubernamentales venezolanas, con el fin de que ejecutaran planes desestabilizadores.
El “foco” de la estrategia de cinco puntos fue fortalecer instituciones supuestamente democráticas, infiltrarse en la base política chavista, dividir al chavismo, proteger negocios vitales para EE.UU., y aislar a la nación internacionalmente.
Parte de los recursos sirvieron para financiar reuniones en Venezuela y otros países de la región de líderes políticos, conferencistas y profesores universitarios adscritos a la derecha totalitaria internacional.
Se realizaron actos como el que protagonizaron, entre otros, Mario Vargas Llosa, José María Aznar, Luis Alberto Lacalle y Carlos Alberto Montaner para denostar al “populismo” y la “semidictadura” chavista. Eran, son los herederos y propagandistas de Franco, Videla, Gregorio Álvarez y Batista en campaña contra Nicolás Maduro, siguiendo las matrices de opinión de Washington para desestabilizar a Venezuela.
Noaserian los únicos, pero esos intentos, como los hanresultado en un total fracaso y apuntalado a un gobierno que, pese al bloqueo y todo tipo de sanciones y amenazas, lucha por mejorar y proteger la vida de los venezolanos, como lo ha demostrado en la esmerada atención para contener la actual epidemia del nuevo coronavirus.
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