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Para que no quepan dudas

8 de mayo de 2020

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«Si alguna vez hiciéramos algo con Venezuela, no sería así. Sería un poco diferente. Se llamaría una invasión», acaba de afirmar el presidente estadounidense Donald Trump en una entrevista con Fox News.
El mandatario explicó cínicamente: «Si quisiera ir a Venezuela, no lo haría en secreto, puesto que el sigilo no es mi estilo. Yo no mandaría un pequeño grupo. No, no, sería un Ejército», enfatizó.
En la citada entrevista con su medio predilecto, Fox News, el magnate presidente negó —como era lógico esperar— que su gobierno tuviera participación en la fallida invasión a Venezuela.
Calificó a los mercenarios implicados como «rebeldes» y para descalificarlos advirtió que «obviamente el grupo no fue dirigido por el general George Washington».
Reconoció que «no fue un buen ataque», lo que puede interpretarse como el disgusto de Trump porque la operación no hubiera alcanzado el propósito planificado desde Estados Unidos.
Lo que no podrá negar Trump o Pompeo o los demás integrantes de su gabinete, es que Luke Alexander Denman y Airan Seth Berry, dos miembros del grupo de mercenarios detenidos en Caracas, llevaban sus pasaportes de ciudadanos estadounidenses y reconocieron públicamente, ante sus captores, que se habían involucrado en un plan para sacar del poder por la fuerza de las armas al presidente Maduro.
Incluso, los dos militares explicaron la implicación de la empresa de seguridad Silvercorp, con sede en la Florida y cuyo director ejecutivo, Jordan Goudreau, estaban al frente de la contratación de los terroristas involucrados en esta acción.
Uno de los dos estadounidenses detenidos reconoció haber participado en el entrenamiento de 60 mercenarios en tres campamentos en Riohacha, al norte de Colombia, tal y como relata un despacho noticioso de RT.
En documentos encontrados a los implicados en el plan de, se constató la activa participación del diputado opositor Juan Guaidó, quien fue uno de los firmantes del contrato con la empresa Silvercorp, revelado por el diario The Washington Post.
Guaidó era el financista de la operación militar y para ello utilizó 212 millones 900 000 dólares, del dinero robado a Venezuela, que se encontraba en bancos de Estados Unidos.
Para que no quepa duda alguna, todas las evidencias están sobre la mesa, y todas implican a Donald Trump y a Juan Guaidó en estos actos terroristas frustrados por las Fuerzas Armadas y el pueblo bolivariano, que como un puño único defienden las conquistas de los últimos años en esa nación.

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