La significación y vigencia de principios expuestos por José Martí en sus trabajos periodísticos

13 de marzo de 2020

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Víctor Pérez-Galdós Ortíz

 

Desde la etapa de su juventud José Martí utilizó el periodismo para tratar diversos temas y exponer principios de gran significación, muchos de los cuales mantienen una gran trascendencia y vigencia en este siglo XXI.

Estaba próximo a cumplir 16 años cuando .exactamente el 19 de enero de 1869 en el Diablo Cojuelo salió reflejado lo que se considera como su primer trabajo de carácter político.

Confesó que nunca había sabido que era escribir para el público aunque aseguró que no tenía miedo de hacerlo.

Y al exponer consideraciones sobre la situación existente en Cuba Martí enjuició la denominada libertad de imprenta que el nuevo representante de la metrópoli española en La Habana había decretado y acerca de ello comentó: “Esta dichosa libertad de imprenta, que por lo esperada y negada y ahora concedida, llueve sobre mojado, permite que hable usted por los codos de cuanto se le antoje, menos de lo que pica; pero también permite que vaya usted al Juzgado o a la Fiscalía, y de la Fiscalía o el Juzgado lo zambullan a usted en el Morro, por lo que dijo o quiso decir.”

Posteriormente, tras haber padecido en Cuba el presidio político y la realización de trabajo forzado, Martí utiliza en España el periodismo para denunciar los atropellos que se cometían contra los que se hallaban prisioneros y eran sometidos a agotadoras jornadas de trabajo forzado.

En 1871 en Madrid escribió su trabajo El Presidio Político en Cuba en el que llegó a patentizar: “¿A qué hablar de mí mismo, ahora que hablo de sufrimientos, sí otros han sufrido más que yo? Cuando otros lloran sangre, ¿qué derecho tengo yo para llorar lágrimas?”

 

Dos años después en una reflexión que hiciera acerca de la lucha por la independencia de Cuba y cuál debía ser la postura de los nuevos gobernantes españoles al hablarse proclamado en el país ibérico la República, Martí enfatizó: “La gloria y el triunfo no son más que un estímulo al cumplimiento del deber.”

Y también precisó: “La libertad no puede ser fecundada para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.”

En este trabajo detalló un criterio acerca de la Patria al afirmar que es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísimo y consoladora de amores y esperanzas.

Un tiempo más adelante, cuando ejerció el periodismo en México a partir de su llegada a este país en febrero de 1875, Martí continuó exponiendo conceptos de gran significación en los trabajos que publicó en la Revista Universal.

Por ejemplo en un trabajo publicado el 25 de mayo de 1875 precisó que un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos; empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos.

En etapas posteriores de su breve pero fecunda existencia Martí siguió utilizando el periodismo para detallar principios y así hay criterios muy elocuentes tanto en las colaboraciones que hizo para distintas publicaciones latinoamericanas, así como en otros trabajos publicados en los Estados Unidos de América y también en las cuatro ediciones de la revista La Edad de Oro, publicación que escribió en 1889 especialmente dirigida a los niños de América.

Desde el primer trabajo reflejado en dicha revista, en julio de 1889, titulado “Tres Héroes”, Martí enfatizó que hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que pelean por ver libre a su patria.

También expuso valoraciones sobre la libertad y la sinceridad de los seres humanos.

Sobre la libertad aseguró que es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.

Y con respecto a la sinceridad manifestó que un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.

Casi dos años después en un trabajo titulado “Nuestra América”, publicado en Nueva York, llegó a resaltar que trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.

A partir de la creación del periódico Patria, el 14 de marzo de 1892, José Martí vuelve a utilizar en forma eficaz el periodismo como arma esencial de combate y detalla conceptos de gran relevancia.

En la edición inicial de Patria se reflejó su trabajo “Nuestras ideas” en el que precisó cuáles eran los objetivos esenciales de la citada publicación al expresar: “Nace este periódico, por la voluntad y con los recursos de los cubanos y puertorriqueños independientes de New York, para contribuir, sin premura y sin descanso, a la organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico, en acuerdo con las condiciones y necesidades actuales de las Islas, y su constitución republicana venidera; para mantener la amistad entrañable que nos une, y debe unir, a las agrupaciones independientes entre sí, y a los hombres buenos y útiles de todas las procedencias, que persistan en el sacrificio de la emancipación, o se inicien sinceramente en él; para explicar y fijar las fuerzas vivas y reales del país, y sus gérmenes de composición y descomposición, al fin de que el conocimiento de nuestras deficiencias y errores, y de nuestros peligros, asegure la obra a que no bastaría la fe romántica y desordenada de nuestro patriotismo; y para fomentar y proclamar la virtud donde quiera que se la encuentre. Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico.”

También planteó principios muy importantes, entre los cuales estuvo el siguiente: “El patriotismo es un deber santo, cuando se lucha por poner la patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres.”

En esa primera edición de Patria en otro trabajo titulado “Autonomismo e independencia”, Martí igualmente se refirió a la fortaleza de los pueblos al exponer: “Las columnas son sustento más seguro de un pueblo que los lomos. Los lomos se han de enderezar. Las columnas se rompen, pero no se doblan. La obra de la columna no podría hacerse con los lomos.”