Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (II)
16 de marzo de 2020
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El Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (Sida por sus siglas) es la enfermedad desarrollada por las personas que adquieren el VIH.
El virus al entrar en el organismo se aloja en una célula llamada Cd4 e inmediatamente comienza a replicarse destruyendo su sistema Inmunológico y dando lugar a múltiples infecciones que llegan a producir la muerte del individuo. Afortunadamente ya existen tratamientos anti retrovirales (TAR) que son capaces de inhibir la replicación del virus y prolongar la vida, por lo que el Sida ya es considerado como enfermedad crónica transmisible, lo cual no era posible en los primeros años de epidemia por no existir estos tratamientos.
Pero el Sida no solo tiene que ver con la salud, involucra también cultura, prejuicios, creencias muy arraigadas en la población sobre género, sexualidad, orientación sexual etc.
El hecho de que la práctica sexual utilizada mayoritariamente por los HSH (Hombres que tienen sexo con otros Hombre) provoque que sea el grupo más vulnerable en la población mundial ha dado lugar –entre otras causas– al estigma y la discriminación que ha marcado desde sus inicios esta enfermedad, aunque también existen mujeres que realizan esta práctica sexual, nos referimos al sexo anal.
La connotación del diagnóstico en el seno familiar, el grupo de amigos, los compañeros de trabajo y en general en la sociedad, en ocasiones produce rechazo; el mayor conocimiento sobre este tema ha incidido en el cambio de comportamiento de la población y estas reacciones son menos comunes, pero en realidad sigue ocurriendo en ocasiones.
El rechazo lacera mucho a estas personas y si a esto sumamos que en ocasiones conjuntamente con el diagnóstico la persona revela su orientación sexual, todo se complica aún más. Surgen los cuestionamientos de la familia, pareja e hijos en caso que los hubiera, las personas mayores de 50 años diagnosticadas son muestra ello.
Vale aclarar que el Sida ya no es sinónimo de muerte, que si el paciente es disciplinado con su tratamiento y se protege en las relaciones sexuales para evitar las reinfecciones se puede vivir con calidad de vida y disfrutar de su sexualidad plenamente.
Las personas con VIH/Sida pueden vivir como cualquier otra, realizar cualquier labor que no perjudique su salud, conozco a muchos que son excelentes profesionales, tienen relaciones estables, hijos y además trabajan voluntarios en la prevención para evitar que otros se infecten.
En nuestro país desde hace décadas existe un programa nacional para la atención a estas personas que, además de recibir el medicamento de forma gratuita, tienen derecho a la atención médica y se les realizan todos los exámenes de laboratorio necesarios para conocer la evolución de su infección.
Estos pacientes tienen derechos que deben ser respetados pero también tienen deberes para con la sociedad, el deber de no propagar la epidemia, de acudir a las consultas médicas y comunicar su diagnóstico en caso de ser necesario, entre otros.
En Cuba existe voluntad política para evitar las nuevas infecciones y la atención a los pacientes, un ejemplo es la erradicación en el año 2015 de la transmisión materno infantil del VIH/ Sida y la sífilis, primer país en lograrlo.
Un diagnóstico temprano reduciría el riesgo de muerte y las nuevas infecciones. En todas las áreas de salud de nuestro país están disponibles las pruebas rápidas para el diagnóstico del VIH, existen además los Servicios de Consejería Municipales donde se pueden realizar.
Evitemos las nuevas infecciones protegiéndonos con el uso del condón en las relaciones sexuales, si ocurriera un accidente, rotura o en caso de no haberlo utilizado, lo mejor es realizarse la prueba y conocer el resultado a tiempo, nosotros somos los mayores responsables de nuestra salud.
Evitemos las nuevas infecciones.
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