Uso seguro de los antiinflamatorios esteroideos
28 de enero de 2020
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Los corticoides o corticoesteroides son un tipo de hormonas denominadas esteroides, las cuales se producen en las glándulas suprarrenales a partir del colesterol.
Estas hormonas desarrollan su actividad en diferentes procesos del organismo, como los que regulan la inflamación, el sistema inmunitario, el metabolismo de los carbohidratos, la transformación de las proteínas en moléculas sencillas, así como la respuesta frente al estrés del organismo.
Los corticosteroides semisintéticos son compuestos análogos estructurales de los corticosteroides producidos naturalmente. Entre los más conocidos se encuentran la prednisona, la hidrocortisona, la dexametasona, la betametasona y la beclometasona.
Los antiinflamatorios esteroideos o corticoesteroides, se emplean en el tratamiento de enfermedades respiratorias como asma y epoc, enfermedades dermatológicas como alergias o dermatitis atópica, enfermedades oftalmológicas como conjuntivitis alérgicas y retinitis, enfermedades renales como el síndrome nefrótico, en la inmunosupresión del transplante de organos, en enfermedades autoinmunes como el lupus y la esclerosis múltiple y en las terapias de cáncer, especialmente los de tipo hematológico.
Sin embargo, pese a su gran utilidad, los corticoides pueden tener diferentes efectos adversos. A bajas dosis y en tratamientos de corta duración estos efectos incluyen retención de líquidos e hinchazón en diferentes zonas del cuerpo, especialmente en la cara, aumento del apetito, ansiedad, alteraciones de la menstruación, problemas en la fijación del calcio en los huesos, aumento de la presión arterial y retraso en la cicatrización de las heridas.
A altas dosis y en tratamientos prolongados los efectos adversos de los corticoides pueden ser más graves como el aumento del riesgo de contraer infecciones, cataratas, hiperglicemia, osteoporosis y fracturas, así como gastritis.
Cuando se han tomado corticoides por un tiempo prolongado, el organismo puede dejar de producirlos naturalmente. La supresión de la producción de hormonas de las glándulas suprarrenales puede resultar en una variedad de signos y síntomas, entre ellos fatiga severa, pérdida del apetito, náuseas y debilidad muscular. Por esto, no se puede suspender el tratamiento con esteroides de forma abrupta, ya que se corre el riesgo de sufrir un sindrome de abstinencia.
En su lugar, es necesaria una retirada paulatina del medicamento, disminuyendo gradualmente la dosis diaria administrada hasta alcanzar las concentraciones fisiológicas de los corticoides en el organismo.
Todos estos efectos adversos implican recomendaciones muy importantes para el paciente a la hora de utilizar estos medicamentos. En lo fundamental, resulta muy necesario seguir estrictamente la pauta de tratamiento indicada por el médico y nunca suspender la administración sin tener autorización.
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