Poemas identificados como “Flores del destierro”
11 de diciembre de 2019
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Bajo el título genérico de Flores del Destierro se reflejan en las Obras Completas de José Martí un total 48 creaciones, reflejadas en cuatro cuadernos de apuntes y en hojas dispersas. Algunos de los poemas no tienen títulos.
En una nota introductoria a este grupo de poemas Martí señaló: “Se encabritan los versos, como las olas; se rompen con fragor o se mueven pesadamente, como fieras en jaula y con indómito y trágico desorden, como las aguas contra el barco. Y parece que se escapa de los versos, escondiendo sus heridas, un alma sombría, que asciende velozmente por el lúgubre espacio, envuelta en ropas negras.”
También en la introducción afirmó: “Estas que ofrezco, no son composiciones acabadas; son, ¡ay de mí! notas de imágenes tomadas al vuelo.
¿Por qué las publico?, no sé: tengo un miedo pueril de no publicarlas ahora. Yo desdeño todo lo mío; y a estos versos atormentados y rebeldes, sombríos y querellosos, los mimo y los amo.”
Las creaciones contenidas en Flores del Destierro son muy diferentes a los Versos Sencillos y Libres, respectivamente.
Algunos especialistas han expuesto que están escritos estos poemas en ritmo desusado en Martí.
En la nota introductoria de dichos versos Martí igualmente planteó: “Cada día de tanta imagen que viene a azotarme las sienes, y a pasearse, como buscando forma, ante mis ojos, pudiera hacer un tomo como éste, ¡pero el buey no ara con el arpa de David, que haría sonora la tierra, sino con el arado, que no es lira!.
“¡Y se van las imágenes, llorosas y torvas, desvanecidas como el humo: y yo me quedo, congojoso y triste, como quien ha faltado a su deber o no ha hecho bien los honores de la visita a una dama benévola y hermosa: y a mis solas, y donde nadie lo sospeche, y sin lágrimas, lloro.
“De estos tormentos nace, y con ellos se excusa, este libro de versos.”
En el prólogo de este poemario Martí igualmente reflexiona sobre la relación existente entre su estado anímico y sus versos.
Señala que da el amor versos claros y sonoros y que del dolor saltan los versos como las espadas de la vaina cuando las sacude en ellas la ira como las negras olas de turbia alta cresta que azotan los ijares fatigados de un buque formidable en horas de tormenta.
En algunos de estas obras Martí expuso consideraciones en torno a la poesía, como es el caso del poema identificado como La noche es la propicia en el que señaló:
La noche es la propicia
Amiga de los versos. Quebrantada,
Como la mies bajo la trilla, nace
En las horas ruidosas la Poesía
A la creación la oscuridad conviene-
Las serpientes, de día entrelazadas
Al pensamiento, duermen: las vilezas
Nos causan más horror, vistas a solas.
Otra reflexión en torno a la creación poética como tal Martí la ofreció en el titulado Tienes el don. En este caso se trata de un soneto en cuya parte inicial afirmó:
Tienes el don, tienes el verso, tienes
Todo el valor de ti, tienes la altiva
Resolución que arrostra y que cautiva
Y llama las coronas a las sienes
Además en estos poemas que no están recogidos en un libro en forma independiente, Martí hizo apreciaciones acerca de sí mismo. Ejemplo de ello es el poema titulado como “Domingo triste”, en el que planteó:
Vino a verme un amigo, y a mi mismo
Me preguntó por mí; ya en mi no queda
Más que un reflejo mío, como guarda
La sal del mar la concha de la orilla.
Cáscara soy de mí, que en tierra ajena
Gira, a la voluntad del viento huraño,
Vacía, sin fruta, desgarrada, rota.
Miro a los hombres como montes; miro
Como paisajes de otro mundo, el bravo
Codear, el mugir, el teatro ardiente
De la vida en mi torno: Ni un gusano
Es ya más infeliz: ¡suyo es el aire,
Y el lodo en que muere es suyo!
Y en la parte final del poema evocó el instante en que se vio alejado de su querida tierra natal, al ser deportado hacia España.
Siento la coz de los caballos, siento
Las ruedas de los carros; mis pedazos
Palpo: ya no soy vivo ¡ni lo era
Cuando el barco fatal levó las anclas
Que me arrancaron de la tierra mía!
Solo un pequeño número de estos poemas son pequeños. Y entre ellos se encuentra uno titulado Obra y Amor en el que José Martí patentizó:
La obra –delante, y el amor- adentro: –
Y el amor, remolino avaricioso,
El alma entera arrastra al hondo centro;
La obra perece- y el amor celoso,
Luego que por su culpa el hombre yerra,
Con culpa y sin vigor lo deja en tierra.
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