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CIA: el que calla otorga

11 de abril de 2013

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La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos rehusó confirmar o negar sobre si tenía conocimiento o participación en una operación para asesinar al presidente de Venezuela Hugo Chávez, cuyo prematuro fallecimiento ha despertado denuncias y suspicacias sobre un complot contra su vida.

Cuando por estos días se investiga si el líder palestino Yasser Arafat fue asesinado, y se conoce de la participación de servicios secretos, incluidos el Mossad israelí y la CIA en la desaparición de líderes políticos, entonces pareciera que no es tiempo de dar la callada por respuesta.

Sin embargo, la CIA se negó a responder a la demanda de la Fundación Asociación por la Justicia Civil (PCJF por sus siglas en inglés), que amparada en la ley de Libertad de Información presentó una demanda relacionada con recientes denuncias de que los servicios estadounidenses conspiraron para provocar la muerte de Chávez.

Una respuesta oficial de la CIA indica que no confirmará ni negará la existencia o no de archivos que respondan a la solicitud de la referida fundación, informó Prensa Latina.

Sin embargo, según las leyes estadounidenses, las agencias federales tienen prohibido asesinar o conspirar con terceros para cometer crímenes, aunque su cumplimiento ha tenido altas, bajas y francas violaciones.

El comunicado de la CIA añade que la información requerida refiere a archivos cuya existencia o no constituye secreto legal, así como a métodos y fuentes con protección para impedir su difusión.

La Fundación Asociación por la Justicia Civil recordó en su reclamo que el gobierno de Estados Unidos ha hecho esfuerzos por debilitar y derrocar al presidente Chávez, tal y como ocurrió con la administración de George W. Bush durante el golpe de Estado de abril de 2002.

Es entonces atendible la petición de la PCJF, en particular luego que el gobierno venezolano, y su presidente encargado Nicolás Maduro, han expresado su sospecha de que al líder bolivariano le fue inoculado el agresivo cáncer que le provocó la muerte en apenas dos años.

El propio Chávez denunció en más de una ocasión planes contra su gobierno y su propia integridad física, así como otras conspiraciones que incluían el financiamiento secreto a partidos y candidatos de la oposición.

Según la Fundación, millones de personas en Estados Unidos, Venezuela y América Latina quieren saber si el cáncer de Chávez se indujo de alguna manera por envenenamiento o por una operación encubierta que lo expuso a las toxinas que causan esa enfermedad.

Hace unas semanas se publicó en el periódico Últimas Noticias, de Caracas, un artículo de su director, Eleazar Díaz Rangel, quien afirma que laboratorios de varios países, a los que se envió muestras del tejido del presidente Chávez, indicaron la presencia de “un cáncer de tipo desconocido”.

“No se lo diremos y no tenemos por qué decírselo”, afirma PCJF que respondió la Agencia Central de Inteligencia en su respuesta a una organización que tiene como objetivo garantizar la responsabilidad constitucional dentro de las prácticas policiales y la transparencia en las operaciones del gobierno.

Basten los más de 600 atentados contra la vida del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, contra quien la CIA empleo los más inimaginables métodos y ejecutores para asesinarlo.

Desde sicarios de la CIA, trajes de buceo y puros envenenados, hasta la introducción de enfermedades letales en la isla fueron parte del arsenal de una agencia federal que ha hecho del crimen una vía para conseguir los fines de dominación de la Casa Blanca. Eso es cierto, aunque den la callada por respuesta.

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