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El moderno Fin de Siglo

28 de noviembre de 2019

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Tienda Fin de Siglo, años 1950

Tienda Fin de Siglo, años 1950

 

Con la gran reconstrucción que experimentó el edificio para la tienda Fin de Siglo a comienzos de la década de 1950, se consolidó su destino como uno de los mayores referentes comerciales del país. Entonces ya aparecía señalado con los números 251-253 de la calle San Rafael. Era una Tienda por Departamentos, con sucursales en varias ciudades, y abarcaba casi todas las esferas del comercio minorista: vendía ropa hecha, joyería, juguetería, librería, locería y cristalería, peletería, perfumería, platería, quincalla y sedería; además, tenía un taller de confecciones y sombreros. Contaba con aire acondicionado, escaleras mecánicas y amplios ascensores que hacían más cómoda la experiencia de comprar en la tienda. En aras de ofertar un servicio más moderno y especializado, las mercancías se ofrecían según el género, de ahí que tuviera departamentos para caballeros, damas y niños completamente independientes.

 

Departamento de panadería-dulcería, década de 1950

Departamento de panadería-dulcería, década de 1950

 

Desde el principio, Joaquín Sisto implantó en el establecimiento un sistema de trabajo basado en ascender progresivamente. Cada empleado entraba como “cañonero”, o sea, era encargado de limpiar la tienda, colocar la mercancía y hacer mandados, y debía estar dispuesto a salir corriendo, “como un cañón”, en cuanto se le encomendase una tarea. Según su desempeño, y con el paso del tiempo, el empleado podía ascender, peldaño a peldaño, llegando incluso a ocupar importantes posiciones en la firma; estos trabajadores eran identificados como “interesados”, y gozaban de una remuneración anual adicional que acumulaban según sus intereses.

A finales de los años 1950 fallecieron Joaquín Sisto y Amado Grabiel y Grabiel, pasando Fin de Siglo a sus descendientes, representados por Amado Grabiel Lavín (hijo de Amado Grabiel y Grabiel y Encarnación Lavín). Este señor era médico especialista en vías digestivas, y tenía su consulta en la avenida G, en el Vedado, pero también era el gerente y propietario principal de Grabiel, Sisto y Compañía, y el dueño de los Almacenes J. Vallés y Compañía, una tienda de ropa de hombre y sastre a la medida ubicada igualmente en la calle San Rafael esquina a Industria. Además, era dueño de la embotelladora de agua mineral marca Copey y de la Cremería Balkán.

En aquella época Fin de Siglo contaba con el excelente trabajo de Manuel Dopico Sisto (sobrino de Joaquín Sisto), quien era Jefe de Compras de la tienda en New York, y se encargaba de abastecer con productos norteamericanos selectos las estanterías y escaparates de la tienda.

El 13 de octubre de 1960 el Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobó la Ley No. 890 de las Empresas, que dispuso la nacionalización de todas las empresas industriales y comerciales cubanas, así como las fábricas, almacenes, depósitos y demás bienes y derechos integrantes de las mismas. Entre las 382 empresas nacionalizadas se encontraban 13 tiendas por departamentos, entre ellas, Fin de Siglo, que continuó abierta como propiedad del nuevo gobierno revolucionario.

Cuando en abril de 1961 la tienda más importante de Cuba, El Encanto, fue víctima de un incendio provocado que conllevó a la total destrucción del edificio, Fin de Siglo ocupó la primacía en el comercio habanero. Seguía funcionando como Tienda por Departamentos y además de los servicios que la habían caracterizado desde su surgimiento, contaba con una peluquería y una panadería-dulcería.

 

Departamento de panadería-dulcería, década de 1950

Departamento de panadería-dulcería, década de 1950

 

Con la comercialización de productos normados las distintas áreas de la tienda se fueron homogenizando, perdiendo el carácter de la venta por departamentos. Durante los años 1970 y 1980 las mercancías eran de producción nacional o en su mayoría provenientes del campo socialista, hasta la década de 1990, época de depresión económica en Cuba que condujo a la tienda a su total decadencia. A partir de entonces usos inadecuados ocuparon los espacios de Fin de Siglo, todo ello aparejado a un acelerado deterioro del edificio.

Afiliado al lenguaje del Movimiento Moderno que dominó la década de 1950, el inmueble se caracteriza por ser un volumen puro, macizo, acentuado en la esquina por su paramento liso de hormigón, mientras que se aligera en los laterales por la presencia de bandas planas y estriadas de carácter decorativo. El concebir la tienda completamente climatizada condujo a la escasa existencia de vanos a nivel de fachada, aunque en la planta baja aumenta su número, por la necesidad de crear varios accesos y vidrieras que promocionaran la mercancía que se ofertaba. Este nivel está enchapado en mármol, posiblemente una reminiscencia de la imagen anterior de la edificación, y la esquina de San Rafael y Águila es achaflanada.

 

Fachada por San Rafael y Águila

Fachada por San Rafael y Águila

 

Propio del estilo de la época, para diferenciar la planta baja, a modo de basamento, el edificio posee una marquesina corrida a lo largo de las dos fachadas principales. Mientras que por Galiano cuenta con portal, elemento de uso obligatorio en esta arteria, con la particularidad de no presentar columnas, por lo que los pisos superiores quedan en voladizo. También por ese motivo, la entrada de la tienda por Galiano se retira de la línea de fachada a manera de vestíbulo, y en los pisos superiores se repite el diseño arquitectónico de San Rafael y Águila.

 

Fachada por Galiano

Fachada por Galiano

 

Un elemento distintivo del establecimiento comercial en su etapa moderna fue la tipografía utilizada para su nombre, el cual fue colocado en dos de las fachadas (por las calles Águila y Galiano) y sobresale por su letra corrida de trazos fluidos y gráciles, en franco contraste con la sobriedad de los muros, por eso puede decirse que se torna protagonista de la imagen del inmueble. Diversas opiniones han asociado esta tipografía con la de los grandes almacenes españoles El Corte Inglés, que a su vez fue fundado por el indiano César Rodríguez a semejanza del comercio habanero de la década de 1930.

 

Calle San Rafael entre Galiano y Águila, década de 1960

Calle San Rafael entre Galiano y Águila, década de 1960

 

El característico rótulo de Fin de Siglo fue simplificado, a manera de logotipo, y colocado en el piso de granito del vestíbulo por Galiano. Asimismo, lo usaron como parte de su campaña publicitaria para envases y envolturas de regalo.

Interiormente la edificación tiene planta en forma de L, respondiendo a las diferentes adiciones que experimentó a lo largo de su historia. Se inscribe dentro de la tipología arquitectónica conocida como Tienda por Departamentos, que entre los años 1930 y 1950 definió a los edificios comerciales en este sector de la ciudad.

 

*Estos artículos forman parte de un estudio histórico elaborado junto a la Lic. Patricia Andino Díaz.

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