Una lectura «espantosamente disfrutable»
12 de noviembre de 2019
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«Esta es una novela de amor, como de amor han sido casi todas las grandes novelas de la literatura» afirmaba Michel Encinosa Fu al presentar, en el espacio de promoción literaria Sábado del Libro, Entre príncipes y habaneras, de Rodolfo Alpízar Castillo, publicada por la Editorial Letras Cubanas.
Es una novela de choque, de encuentros y desencuentros –en opinión del también narrador y editor–; es como un gran juego, en que se imbrican tres historias fundamentales, que se van tomando el relevo, que van ganando protagonismo unas por encima de las otras según ellas lo van pidiendo.
Entre príncipes y habaneras presenta una historia enmarcada en tres planos espacio-temporales –la Cuba de 1998, la Cuba de mediados del siglo XIX y la Rusia de 1891–, en que se entremezclan realismo y fantasía, mediante una amena narración caracterizada por la ironía, el humor y el erotismo.
Estas tres historias contadas por Alpízar Castillo –concluía Encinosa Fu– implican historias del espíritu humano, la historia del país e, incluso, la historia universal, todo lo cual nos lleva a una lectura –quizás este es un adjetivo algo raro– «espantosamente disfrutable».
Antes de este libro, Rodolfo Alpízar Castillo, narrador, lingüista y traductor, ya había publicado, entre otros títulos, la novela Robaron mi cuerpo negro, el cuaderno de cuentos Amorosos y disparatados y la noveleta para niños Rafael y el caballito de madera.
En su bibliografía aparecen, igualmente, más de una veintena de libros sobre lingüística y traducción, como Apuntes para la historia de la lingüística en Cuba, Traducción y terminología científica en Cuba y Para expresarnos mejor. El acento, la puntuación y el gerundio.
Por la obra de la vida, Alpízar Castillo, nacido en La Habana, en 1947, recibió el Premio Aurora Borealis 2011 de literatura de no ficción, concedido por la Federación Internacional de Traductores, por su labor como traductor de autores portugueses, brasileños y africanos de habla portuguesa.
Luego de agradecer a quienes hicieron posible la publicación de Entre príncipes y habaneras –entre ellos al diseñador Alfredo Montoto, recientemente desaparecido–, su autor comentaba que, en 1989, publicó su primera novela, aparecida por Ediciones Unión, bajo el título Sobre un montón de lentejas.
De ahí –explicaba– que le resultara muy emocionante celebrar, en este Sábado del Libro, sus treinta años como escritor con una novela, que no es la última que ha escrito, es quizás la cuarta, porque antes le dio prioridad a otras narraciones para que fueran publicadas.
Coincidía Rodolfo Alpízar Castillo en que esta es una novela de amor, en que aparece el amor de pareja, el amor de la madre, el amor entre amigos, e invitaba a los lectores inteligentes, no a los especialistas en literatura, a llegar a las páginas de Entre príncipes y habaneras.
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