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Uso seguro de medicamentos fotosensibilizantes

12 de noviembre de 2019

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Los medicamentos fotosensibilizantes son aquellos que combinados con las radiaciones ultravioletas pueden producir una reacción cutánea anormal. La fotosensibilidad es por tanto, un efecto secundario a la administración de este tipo de medicamentos, que se presenta cuando la persona que se trata con ellos se expone al sol.

Existen dos tipos de reacciones de fotosensibilidad: la fototoxicidad o fototoxia y la fotoalergia. Aunque ambas tienen como desencadenante común la exposición a la luz solar tras la administración del medicamento, la diferencia entre ellas estriba en si media o no el sistema inmunitario en la reacción.

La fototoxia es una reacción de la piel expuesta al sol, en pacientes a los que se ha administrado vía oral, sistémica o tópica un medicamento fotoreactivo. En este tipo de reacción se produce un daño celular directo causado por el medicamento activado por la radiación, de naturaleza no inmunológica.

Las lesiones por fototoxia suelen ser similares a las quemaduras solares. Aparecen en las zonas expuestas a la radiación solar después de unos minutos u horas de haberse expuesto al sol y suelen desaparecer entre 2 y 7 días de suspender la administración del medicamento fotosensibilizante.

La fotoalergia, en cambio, es una reacción alérgica desencadenada por los rayos solares en interacción con el medicamento fotosensibilizante que se produce en todo el cuerpo, no sólo en las zonas expuestas. Para producirse requieren de una exposición previa y no guardan relación con la dosis, el tiempo de exposición a la radiación, ni la vía de administración del medicamento.

Por su frecuencia de aparición, las fototoxias son las reacciones de fotosensibilidad más comunes en comparación con las fotoalergias que solo representan el 5%.

Aunque no siempre es del conocimiento de los pacientes, existe un amplio número de medicamentos fotosensibilizantes que pueden dar lugar a este tipo de reacciones. Entre ellos se encuentran fármacos de amplio uso. Este es el caso de antimicrobianos como las tetraciclinas, las fluoroquinolonas, el ácido nalidíxico, las sulfonamidas y el trimetroprim. Agentes cardiovasculares como la amiodarona, el captopril y los diuréticos furosemida e hidroclorotiazida. Antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, el diclofenaco, el naproxeno y el piroxicam. Medicamentos para el sistema nervioso central como la clorpromazina, la amitriptilina, la imipramina, el alprazolam y el clordiazepóxido, así como otros agentes terapéuticos como la vitamina B6 y la ranitidina, por solo citar algunos de los más conocidos.

Aunque no todos los pacientes que utilizan estos medicamentos sufren lesiones al exponerse al sol, la prevención es la mejor medida de protección cuando se sigue un tratamiento con medicamentos fotosensibilizantes.

Para esto se recomienda aplicar medidas generales de protección como la utilización de filtros solares de elevado factor protector y prendas de vestir que eviten el contacto directo de los rayos solares con la piel, incluyendo gorros, sombreros y espejuelos de sol.

También es muy importante evitar la exposición solar prolongada, principalmente en horas centrales del día. Además, cuando la pauta de administración del medicamento es una vez al día, es recomendable administrarlo por la noche para que la concentración del principio activo fotosensibilizante sea menor en el momento de la exposición a la luz solar.

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