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El peligro del cansancio

30 de septiembre de 2019

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Cuando se tuvo una solución a mano, no se logró, al irse a bolina un posible gobierno de coalición entre el socialdemócrata Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la organización de izquierda Unidas Podemos, al no permitir el presidente interino en funciones, Pedro Sánchez, que las huestes de Pablo Iglesias ocuparan algún que otro modesto cargo.
Al no lograrse la investidura de Sánchez, el 10 de noviembre tendrán lugar las cuartas elecciones en cuatro años en España, a pesar de que las encuestas dicen que el PSOE volverá a ganar los comicios y con más ventaja, en detrimento de Podemos, si no se lograr formar gobierno los derechistas partidos Popular y Ciudadanos podrían aprovechar para hacerrenacer a un gobierno de esa tendencia.
Todos coinciden en que la gente está cansaday muy desilusionada cuando creía que iba a tener un gobierno progresista, con dos entidades que presentan una semejante plataforma programática, aunque contraría en lo que concierne a la situación independentista de Cataluña.
“Espero que los españoles den una mayoría más rotunda si cabe al Partido Socialista para que ustedes no tengan la capacidad de bloquear la formación de un gobierno, que es lo que necesita España”, recriminó Sánchez a los diputados de la oposición durante un debate en el Congreso.
Sánchez cree que va a conseguir un número de escaños superior a los 123 de las pasadas eleccionesque le permita obtener una mayoría más cómoda para tener más fuerza en una futura negociación, basándose en encuestas que dicen, reitero, que va a ganar curules y Podemos los va a perder, pero es una apuesta muy arriesgada, porque, subrayo, la gente cuando está cansada no va a votar.
Incluso si el PSOE y Podemos sumaran la mayoría absoluta y Sánchez evitara depender del apoyo de los independentistas catalanes, ahora indispensables, la izquierda radical va a tener mucha más fuerza negociadora, salvo que Ciudadanos, de derecha, acceda a negociar con Sánchez.

 

ALGO COMÚN

 
El bloqueo y la inestabilidad son una constante en el país desde diciembre del 2015, cuando los estragos de la crisis y el malestar por los escándalos de corrupción en los dos grandes partidos, PSOE y sobre todo el PP, favorecieron la irrupción de Podemos y Ciudadanos.
“El espectáculo queestamos viviendo en los últimos cuatro años es bastante lamentable”, criticó el presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garmendia, en una entrevista a la radio Onda Cero. “Es un fracaso colectivo general y todo esto al final perjudica las inversiones, perjudica el empleo, perjudica las exportaciones”, añadió. Los sindicatos, que habían aplaudido medidas del mandato de Sánchez como el aumento del salario mínimo, también se unieron a las críticas.
La mayoría absoluta quedó en el pasado, pero, pese a ello, todavía no ha habido ninguna coalición en el gobierno central.
“Nos hemos italianizado, pero sin los italiano y su capacidad de negociar en un contexto de inestabilidad crónica”, bromeó recientemente José Ignacio Torreblanca, del centro de reflexión European Council inOriginalRelations.
En Italia, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) formó un gobierno hace un año con la Liga (extrema derecha) y hace unas semanas con el Partido Demócrata (PD, socialdemócrata).
Tal como está el panorama, y ante el aprovechamiento de las fuerzas retrógrada para escalar el poder, hay que comprender que la coalición en el futuro va a ser una realidad, independientemente de que la mayoría de los dirigentes son jóvenes, pero tienen una mentalidad anclada en el pasado.
Ello, por supuesto, perjudica a España, y en este contexto Unai Sordo, líder de Comisiones Obreras, reprochó la “irresponsabilidad” de los políticos, y Pepe Álvarez, de la Unión General de Trabajadores, lamentó que se perdiera una “oportunidad de oro”, al rechazar Sánchez la alianza con Iglesias, pero advirtió que lo peor sería una desmovilización electoral, que suele perjudicar a la izquierda.

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