Cuando hipócritas y cobardes coinciden
27 de septiembre de 2019
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Hipócritas y cobardes se están encargando de dar el aldabonazo que se pretende sea el final de la resistencia palestina y su reivindicación del derecho a vivir libre en una Patria hasta hoy usurpada.
Una vez más, ante la inoperancia mundial, el Estado judío se burla del Derecho Internacional y de su legalidad. Como sucede con los asentamientos israelíes de Cisjordania, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas consigna como “crímenes de guerra” la política de expansión de los asentamientos con colonos judíos no solo en los territorios palestinos de la ribera occidental y los de Al Quds Este, sino el territorio sirio de los Altos del Golán. Y como también sucede, no toma ni una sola medida real para evitar dichos crímenes.
Ahora algunas naciones europeas protestan por los incumplimientos de Tel Aviv, su desprecio y política de represión hacia los palestinos, pero ni esbozan medidas para contrarrestarlos.
Con la mayoría de los países árabes ocurre algo peor, porque durante años han amenazado con tomar medidas fuertes para que el pueblo palestino sea realmente libre de la ocupación sionista. Pero temen al ejemplo de la resistencia ante un enemigo tan diabólico.
Porque tal como dice Martí en uno de sus versos libres, Flor de Hielo: “No hay más, no hay más que infames desertores/De pie sobre sus armas enmohecidas/En rellenar sus arcas afanados”.
Ahora parece que Benjamin Netanyahu dejará de ser primer ministro, cargo que ha ocupado por segunda vez, pero quien le suceda no creo que cambiará el impulso que le dio a su política de deshacerse del pueblo palestino, que incluye su apoyo al plan de Estados Unidos que, con la ayuda de algunas satrapías árabes, pretende trasladar a los agredidos a tierras inhóspitas
Tal apoyo es reciprocado por el presidente Donald Trump, quien ayudará a Netanyahu a reimpulsar su política de asentamientos en las Alturas de Golán, territorios robados a Siria, donde piensa instalar a otros 250 000 colonos; allí ya hay unos 20 000 e igual número de drusos sirios.
Se trata de un plan elaborado por el Ministerio de la Vivienda junto con otras jerarquías oficiales, que incluye la construcción de 30 000 viviendas en el asentamiento de Katsrin, la colonia judía más importante en el Golán, y la edificación de dos nuevas colonias hasta completar la cifra total de colonos.
Sionismo bancario
La historia de la ocupación de Palestina siempre ha estado ligada al capital. Sin la infraestructura financiera, Israel no podría haber continuado su proyecto colonialista, que se basa en una colonización de asentamientos.
Bancos israelíes están financiando decenas de proyectos de construcción de asentamientos judíos ilegales. Ofrecen, además, préstamos y servicios financieros a las autoridades locales de los asentamientos y a las empresas que operan en los territorios palestinos ocupados. El Instituto de Investigación de Política Económica de Palestina, la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y el Instituto de Estudios Palestinos abordaron esta problemática en un seminario en Beirut, la capital libanesa.
HRW –que en otras ocasiones no defiende causas justas– exigió a varias entidades bancarias israelíes, como el banco Hapoalím, el Banco Nacional, o el banco Mizrahi Tfahot, que expresaran su punto de vista con respecto a sus responsabilidades con los derechos humanos, violados por sus actividades financieras en asentamientos ilegales.
Vivir dentro de la Línea Verde resulta un 30% más económico, pero a esto le precede la destrucción de hogares palestinos. Aquí se apunta que no hay que subestimar el viraje del proyecto sionista de un plan ideológico a uno económico y que hay que seguir investigando para sacar a luz la realidad y presionar.
A ello se agrega un estudio realizado por Sara Hirschhorn, investigadora de la Universidad de Oxford, que ha revelado por primera vez que unos 60 000 ciudadanos norteamericanos viven en los asentamientos ilegales en Cisjordania.
Esto proporciona evidencia de que esta circunscripción está notablemente más representada, tanto dentro de la propia población de colonos como dentro de la población total de inmigrantes norteamericanos judíos en Israel.
Esto sin contar que muchos norteamericanos judíos integran parte de la fuerza aérea de combate israelí y desde afuera ejercen influencia en diversas actividades, como la formación de un equipo de béisbol –con peloteros de Grandes Ligas que no han vivido en Israel- que ha sido el primero en asegurar un boleto para los próximos Juegos Olímpicos.
Así, como un vendaval, aprovechando la inopia de quienes deben defender al varias veces masacrado pueblo palestino, el sionismo se prepara para expulsarlo definitivamente, contando con la impunidad que le brinda el imperialismo norteamericano y sus cómplices en Europa y el Medio Oriente.
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