Bullying (II)
25 de septiembre de 2019
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El bullying o acoso escolar puede manifestarse de distintas formas:
Verbal: Se caracteriza porque el acosador expresa públicamente palabras crueles, insultos, amenazas y/o frases excluyentes sobre la apariencia, condición social, raza y tristemente en algunos casos, hasta la discapacidad del acosado. Los niños y adolescentes son muy sensibles a estas burlas ya que no saben cómo manejarlas. Un ejemplo clásico de esto es la burla a los pasaditos de peso o el gordito del grupo.
Las víctimas de este tipo de bullying pueden mostrarse ausentes, malhumorados o mostrar en ocasiones pérdida del apetito, dificultad para conciliar el sueño, etc.
Físico: Comportamiento agresivo e intimidatorio por parte del agresor que puede incluir desde empujones, hasta patadas, golpes, zancadillas, esta es la forma más conocida del bullying y la que más fácilmente identifican los niños o adolescentes. Desafortunadamente muchos no lo cuentan a los mayores, ya sea en la escuela o en la casa, pero los padres pueden detectarlo ya que este tipo de acoso suele dejar marcas en el cuerpo, lo cual es una señal de aviso, a veces cortes, moretones o rotura en la ropa. El rechazo a la escuela en estos casos es muy frecuente.
Social: Es más común de lo que pensamos, se trata entre otros casos, del rechazo que manifiesta el grupo sobre un compañero que llega en ocasiones al aislamiento o la humillación. En la adolescencia, etapa en que el grupo ejerce una fuerte influencia, sentirse rechazado o aislado por sus miembros puede tener consecuencias graves.
El acoso no aparece como un hecho aislado, se prolonga a lo largo del tiempo e incluso puede agravarse, tristemente el acosador suele estar apoyado por un grupo que aprueba o intensifica su conducta violenta, otros no implicados manifiestan pasividad, muchas veces por miedo a ser ellos la víctima después.
Estos problemas se han incrementado con el desarrollo de las redes sociales, que como todo en la vida trae consigo ventajas y desventajas, con las redes ha surgido el bullying cibernético.
El bullying cibernético es difícil de identificar, cualquier niño o adolescente puede ser víctima de él a través de las redes o el correo electrónico y es bastante común que ocurra si tenemos en cuenta que la mayoría tiene un teléfono móvil. Y no es que estemos en contra de los dispositivos móviles o las redes sociales, pero es importante que sepan a qué sitios pueden entrar, no compartir fotos con personas o aceptar solicitudes de amistad de personas desconocidas.
Toca a los padres, profesores, familiares y adultos en general estar atentos ante cualquier señal que nos haga pensar que nuestros niños, adolescentes o jóvenes estén siendo víctimas de bullying o acoso. Una buena comunicación con ellos, hablarles del tema, proveerlos de herramientas para enfrentarlo, buscar asesoría, podría ser un buen comienzo. La ayuda de profesionales (si ya estuviera ocurriendo) es fundamental para enfrentar este problema que como dijimos, es más común de lo que suponemos. Algunos adolescentes víctima de acoso han llegado al suicidio. En nuestras manos está visualizar el problema y combatirlo.
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