James O’Kelly
9 de octubre de 2019
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El periodista irlandés James O’Kelly embarcó en Nueva York el 14 de diciembre de 1872 y llegó a La Habana días después. Venía como corresponsal de prensa, con una misión especial, la de entrevistar en la manigua libertadora a Carlos Manuel de Céspedes, presidente de la República en Armas.
Hombre liberal, valeroso y a la búsqueda de la verdad, lo primero que hizo James O’Kelly fue participar al Capitán General de la Isla acerca de sus intenciones. Se lo hizo saber así: “El objeto de mi visita es examinar, sin prejuicios ni parcialidad, el estado de la insurrección”. Por supuesto, ninguna gracia hicieron sus palabras a las autoridades colonias.
A mediados del mes de febrero de 1873 salió O’Kelly en busca del territorio mambí, en la zona oriental del país. El 6 de marzo de 1873 se entrevistaba en los campos de Cuba Libre con el presidente Céspedes.
“Aunque el presidente Céspedes es un hombre de corta estatura, posee una constitución de hierro. Nervioso por temperamento, permanece siempre en una posición recta. Los rasgos de su fisonomía son pequeños, aunque regulares. De frente alta y bien formada, y ojos entre grises y pardos, aunque brillantes y llenos de penetración, refleja en su cara oval las huellas dejadas por el tiempo y los cuidados”.
O’Kelly se mantuvo con las fuerzas mambisas por varias semanas, separándose de ellas el 24 de marzo. La narrativa de James O’Kelly lo lleva a confesar lo siguiente:
“…Si yo hubiera estado animado de un sentimiento hostil contra la causa cubana, la paciencia con que ellos soportaban la fatiga y aun la necesidad, me habrían convertido en su favor y hecho de mí su amigo”.
Cuando el periodista O’Kelly abandonó el territorio mambí y regresó a la ciudad de Manzanillo, las autoridades colonialistas lo apresaron, confinándolo a un calabozo. Fue entonces sometido a proceso por una corte militar. Finalmente, se consiguió su liberación, todo lo cual acrecentó la popularidad del corresponsal irlandés del periódico New York Herald, al tiempo que se atraía la atención hacia la realidad de la causa cubana.
O’Kelly se trasladó a Santiago de Cuba y se corrió el rumor de que sería fusilado por los españoles, pero en verdad se le embarcó hacia la fortaleza de La Cabaña, en La Habana, desde donde se le despachó finalmente libre hacia Santander, España, el 30 de mayo de 1873, poniendo así fin a su riesgosa aventura.
Ya en Gibraltar, tomó un buque para Nueva York, ciudad donde se le recibió como a un héroe. En 1874 James O’Kelly publicó el libro que una vez traducido conocemos como La tierra del mambí.
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