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Traje a la medida de Trump

26 de junio de 2019

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Donald Trump, campeón mundial en eso de improvisar en política, envió a su yerno y asesor, Jaed Kushner, a lo que se ha llamado el Taller de Bahréin, reunión organizada por Washington, cuya finalidad es la de presentar el llamado Plan del Siglo para Israel y Palestina.

El enviado del magnate presidente en un «discurso helado» por la nula audiencia que tuvo, quiso «vender» la idea de que Washington aportará 50 000 millones de dólares para resolver definitivamente el tema en cuestión.

Por supuesto, el plan no contempla el regreso de los 5,2 millones de palestinos que han tenido que emigrar ante la feroz envestida de Israel durante los años de colonización judía.

Y era lógico, el Plan está concebido como traje a la medida de Trump, el presidente que en los últimos meses le ha dado una patada a los planes de paz de la región, que declaró unilateralmente a Jerusalén como capital de Israel, que aseguró que las ocupadas Alturas de Golán sirio, son parte del territorio israelí, en fin, que ha llenado su agenda presidencial de acciones demenciales contrarias a todo lo acordado por la ONU y otras instituciones internacionales y en desafío a la comunidad internacional toda.

A quién si no a Trump se le puede ocurrir un plan que ignore a Palestina como estado reconocido por la ONU. Que no tenga en cuenta el derecho palestino a la tierra, ni el regreso de los millones de personas que han tenido que abandonarla.

Olvidan Trump y sus halcones que la ONU ha adoptado varias resoluciones sobre el tema y que reconoce a Jerusalén como capital de los dos estados, el palestino y el israelí.

La reunión de dos días en Bahréin ha sido denunciada como un intento de Trump de separar definitivamente a Gaza y Cisjordania y la judaización de Jerusalén.

El famoso Plan del Siglo de Trump es abiertamente la expresión total de fortalecer a Israel desde todos los puntos de vista, incluyendo el militar —y despojar a la población palestina de su Estado, sus tierras y sus derechos a vivir libres e independientes—.

Sigue olvidando el magnate presidente de los Estados Unidos que solo con dinero no se puede comprar al mundo y mucho menos arreglarlo.

Prometer 50 000 millones de dólares a cambio de que Palestina renuncie a todos sus derechos incluso al de la patria, es una postura arrogante y definitivamente imperialista.

La costura del traje a la medida de Trump, que estuvieron fabricando durante 30 meses, ha quedado fracturada por no propiciar una solución pacífica con beneficio mutuo para israelíes y palestinos.

No importa que el yerno y enviado de Trump al llamado Taller en Bahréin, haya declarado cínicamente que el boicot palestino al llamado Acuerdo del Siglo es un error estratégico.

La dignidad y la patria están por encima de discursos vacíos y helados y sería manchar la honra árabe aceptar cambiar patria por dinero, como promete Trump.

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