ribbon

La incertidumbre nuclear

17 de junio de 2019

|

 

Crece la incertidumbre nuclear en el mundo a medida  que la arrogante e irresponsable Administración Trump, controlada por los halcones de la guerra y sin un Congreso  decidido que –al menos hasta ahora– le haga frente, va derrumbando uno por uno los acuerdos de limitación nuclear que habían sido alcanzados poco a poco y con grandes esfuerzos por parte de las superpotencias estadounidenses, soviética y rusa posteriormente.

Para ser enteramente justos, debemos remontar los orígenes de tal destrucción al año 2002, cuando la Administración Bush hijo dispuso la salida unilateral del Tratado sobre Misiles Anti balísticos, conocido como ABM, tiempos en que no casualmente John Bolton actuaba como subsecretario para control de armas de Estados Unidos. Se consideraba a este como un tratado fundamental para la disuasión nuclear.

Tras los SALT I y SALT 2  apareció START I limitando el número de cabezas nucleares y luego START II amplió esa reducción a los que se añadió el Tratado de Reducciones de Ofensivas Estratégicas (SORT), suscrito por Bush hijo y Vladimir Putin, limitando las ojivas a 2 200.

Diríamos que el START 3, aún vigente y pendiente de renegociar en 2021 –firmado en 2010– fue la culminación de los anteriores acuerdos de limitación y control nuclear, llevando las ojivas a 1 550 y a 800 el número de lanzadoras de todo tipo.

La reciente decisión de Donald Trump –ahora con Bolton como asesor– de retirarse unilateralmente del Tratado de limitación de fuerzas nucleares de alcance intermedio (INF) es consecuente con la peligrosa y aventurera política del actual régimen de Washington de romper todas las ataduras que comprometan a Estados Unidos como parte de importantes tratados internacionales en cualquier campo, incluido el nuclear.

De este modo, el actual gobierno imperialista de Estados Unidos acelera el retroceso a las etapas más riesgosas del enfrentamiento nuclear, liberándose de compromisos suscritos por Administraciones anteriores y colocando irresponsablemente a los pueblos del mundo –incluido el pueblo norteamericano– en lo que puede ser un punto de no retorno para todos.

Por el momento, los grandes consorcios del complejo militar-industrial, que también corren el riesgo de desaparecer en caso de una conflagración nuclear, son los mayores beneficiarios de esta enloquecida y provocadora carrera armamentista lanzada por Trump bajo el pretexto de “defenderse de Rusia y China”.

No olvidar que tales consorcios son también poderosos contribuyentes de las campañas electorales en el país imperial.

Comentarios