¿Posibilidad?
22 de mayo de 2019
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No sé si a la cuarta irá la vencida, pero las otras tres reuniones entre el gobierno y la oposición venezolana terminaron en rotundos fracasos, por el incumplimiento de los contrarios al presidente Nicolás Maduro de acuerdos para solucionar la crisis que vive el país.
Crisis provocada por la actitud de una oligarquía y sus cipayos que reciben el aliento –léase armas, dinero y respaldo oficial– de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha declarado virtualmente la guerra, trata de rendir al pueblo por hambre y enfermedades y mantiene la opción militar como uno de sus atributos fascistas.
En esta ocasión, Noruega ha gestionado la reunión de ambas partes, en lo que se pudiera considerar un inicio de diálogo, que, al decir de Maduro, mantiene un halo de optimismo y alguna certeza de que esta vez van a ser consideradas opciones posibles para llevar la paz a Venezuela.
Maduro afirmó que hay “buenas noticias” en el diálogo con la oposición en busca de paz
En este contexto, el mandatario consideró el adelanto de las elecciones legislativas, como parte de la solución de la crisis. Así; este lunes, expresó:
“Tengo una propuesta, hoy, 20 de mayo, a las oposiciones: vamos a medirnos electoralmente (…) vamos a elecciones adelantadas de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) para ver quién tiene los votos, quién tiene los votos, para ver quién gana”.
Así, ha emplazado a la oposición a medirse electoralmente con el oficialismo antes de diciembre del 2020, cuando expira el actual mandato de la Asamblea Nacional.
Además, se decreta “establecer la vigencia del funcionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente, poder plenipotenciario de la nación (…) al menos hasta el día 31 de diciembre del 2020”, dijo el presidente de la ANC, Diosdado Cabello, al finalizar un debate sobre la vigencia de este órgano, no reconocido por la oposición y parte de la comunidad internacional.
La extensión de su funcionamiento fue una propuesta hecha por el asambleísta Pedro Carreño, a fin de defender al pueblo de ataques de la derecha, y fue una decisión que contó con el apoyo de constituyentes que fueron electos, pero que dejaron sus cargos en el foro, debido a que pasaron a ejercer otros puestos en el gobierno.
La ANC se inauguró en agosto del 2017 con 545 miembros, y su función principal es redactar una nueva Constitución.
Por otra parte, el gobierno venezolano ha estado evitando una confrontación directa con líderes opositores que han estado buscando un baño de sangre para justificar una invasión extranjera, principalmente de Estados Unidos.
Con tacto, ha evitado poner en prisión al presdente nombrado por Trump, el diputado Juan Guaidó, quien fracasó en su intento de subvertir a las fuerzas armadas para que llevaran un golpe de Estado contra el Gobierno Bolivariano.
Análisis
El eurodiputado español Javier Couso, en conversación con Sputnik, mencionó un vídeo grabado a la altura de la Base Militar Francisco de Miranda, también conocida como La Carlota, en el este de Caracas, donde Guaidó apareció junto a algunos militares, el líder opositor Leopoldo López –condenado a arresto domiciliario– y dos tanquetas.
Según explica, si llega a ocurrir en cualquier otro lugar del mundo, lo sucedido en Caracas sería interpretado por toda la comunidad internacional como “un golpe de Estado”, algo que no está pasando entre los aliados de EE.UU. porque “en Venezuela existe una especia de excepcionalidad y para ella no vale la misma vara de medir que para los demás países”.
En cualquier caso, Couso destaca que los protagonistas del intento de levantamiento no fueron capaces siquiera “de tomar ningún cuartel”, y simplemente, pudieron tomar una parte de una autopista en el barrio de Altamira, lo que a su modo de ver, pone de manifiesto que Guaidó “no tiene control ni del territorio ni de la población ni mucho menos de las fuerzas armadas”.
“Ver a los políticos de la derecha y liberales de mi país apoyando un golpe de Estado o ver al presidente del Parlamento Europeo arrogándose la representación de los 751 diputados y diputadas para dejar la institucionalidad a un lado, es algo que me entristece sobremanera”, expresó Couso.
El análisis de Couso incide en que, a lo largo de la crisis, Nicolás Maduro “no cayó en ninguna provocación” y “siempre respondió con un uso mesurado de la fuerza”, sabedor de que cualquier acción excesiva sería utilizada como excusa para una intervención militar.
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