Importancia del voto femenino
16 de mayo de 2019
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Este 19 de mayo tendrá lugar el inicio de la séptima fase de las elecciones generales de la India, de donde saldrá el Congreso que decidirá el futuro primer ministro, con las encuestas indicando el triunfo del gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) o Partido del Pueblo Indio, de derecha, y la futura reelección del premier Narendra Modi.
Su principal oponente es el calificado de centrista Congress National of India (CNI), o Partido del Congreso de la India, que junto al anterior defiende políticas neoliberales, aunque no el extremismo religioso, principalmente el hindú, con el cual se ha apoyado el BJP.
Otros 350 partidos intervienen en estas elecciones, en las que están llamadas a votar más de 870 millones de personas de una población de 1 400 millones, la mayor del mundo, superando a la República Popular China.
Empero el favoritismo del Bharatiya, principalmente por el apoyo de importantes y millonarios medios corporativos y fundamentalistas religiosos, el Primer Ministro ha indicado su preocupación por la derrota de su partido en tres de los cinco estados donde se efectuaron elecciones en diciembre último, ganadas por el Congreso.
Para los conocedores, la derrota del partido gobernante, más que la victoria del CNI, se debió al voto femenino, ya que las mujeres se organizaron para expresar el repudio a la política oficial que la discrimina en todos los sentidos.
El lugar más peligroso
Ello concuerda con un estudio reciente de Thomson Reuters, en el que clasificó a la India como el lugar más peligroso del mundo para las mujeres.
No sé la metodología utilizada ni cuál es la situación comparativamente en otros países, pero ha habido ciertamente un marcado incremento no solo en la incidencia de la violencia contra las mujeres, sino también en la brutalidad de la violencia en la India.
Hay casos de violencia contra las mujeres en los que son torturadas, quemadas, golpeadas, violadas e incluso asesinadas. Los detalles son horrorosos. ¿Cuáles son las razones? Hay muchas, pero al menos una es que en las últimas décadas las mujeres han ingresado en los espacios públicos para trabajar y vivir. Han establecido sus talentos, sus habilidades, sus capacidades en numerosas esferas. Ha habido una reacción en contra de esta creciente afirmación.
La reacción está determinada por una extrema misoginia, o un fuerte sentimiento en algunos sectores de la sociedad de que las mujeres tienen un lugar específico y cualquiera de ellas que cruce los límites establecidos es susceptible de ser castigada. Estas barreras culturales tras las cuales se espera que vivan las niñas y las mujeres (con algunas excepciones, para ciertas clases sociales), son más fuertes que los altos muros de una prisión.
Cuando una mujer es violada, se le culpa de entrar en el espacio público, de ser una ciudadana libre, de las ropas que viste, de las personas con quienes habla, de la hora y el lugar donde estuvo. Es la mujer la responsable del crimen. Este es el carácter de la misoginia.
La reacción al acceso de las mujeres al espacio público no es espontánea. No es una reacción natural. Ha sido construida por fuerzas conservadoras, incluyendo la ortodoxia religiosa y las instituciones brahmánicas. La reacción se refracta a través de las jerarquías de religión y casta. Se asiste a un aumento en los delitos contra las mujeres dalit, que trabajan todos los días en condiciones vulnerables, particularmente en las zonas rurales de la India, donde son acosadas sexualmente, debido a sus condiciones materiales de existencia.
“Asesinatos de honor”
La idea de “asesinatos de honor” se ha convertido en algo casi normal en la India. A medida que más muchachas van a la escuela y a la universidad, mientras más jóvenes tienen oportunidad de conocerse, aumenta la probabilidad de romances entre diferentes castas y religiones.
Si una mujer intenta hacer valer su elección de compañero de vida en contra de los deseos de su familia (especialmente si quiere casarse fuera de los límites de la casta y la religión), entonces existe la posibilidad de que sea asesinada.
Estas muertes se conocen como “asesinatos de honor”. En las zonas rurales, la Khap Panchayat (Asamblea del Clan) ha surgido como la guardiana de las tradiciones feudales. Muchas de ellas han autorizado la muerte de jóvenes por hacer sus propias elecciones vitales.
En Kathua (Jammu y Cachemira), una niña de 8 años fue violada y asesinada en enero del 2018. La atacaron porque era musulmana, una niña de la comunidad Bakarwal. Su muerte se dio para enviar un mensaje a la comunidad de que no debían establecerse en esa región. Fue un asesinato brutal. Los líderes del BJP en el área no pidieron justicia. Al contrario, se manifestaron a favor en nombre del acusado. Esta es su actitud ante estos asesinatos.
A pesar de todo, y de la fuerza de los intereses que favorecen a la derecha y hará posiblemente la reelección de la actual gobernanza, en ciertas regiones y estados se lucha contra esos atrasos y se impone la razón.
Aunque a duras penas, ello prevaleció en los tres estados en los que el BJP y otras fuerzas de derecha fueron derrotadas.
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