¿Qué hará Brasil en la OTAN’
15 de mayo de 2019
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Donald Trump ha anunciado que incorporará a Brasil como “socio extra OTAN” a ese pacto militar que los gobiernos imperialistas de Estados Unidos encabezan, administran y controlan, utilizándolo al servicio de sus intereses y designios hegemónicos sobre el planeta desde su creación.
Nacido –como se sabe– en los tiempos de la llamada “guerra fría” para oponerse y amenazar a la Unión Soviética y demás países del campo socialista europeo, aunque desde un principio no excluyó su hostilidad hacia los demás países del socialismo y a cuentos se apartara de la ruta del capitalismo y el neocolonialismo.
Este bloque militar supremo –regido por Estados Unidos– tuvo su momento culminante cuando la desintegración de la URSS y el socialismo europeo parecieron marcar “el fin de la historia”. Entonces la OTAN hizo públicos y oficializó los propósitos de extender su radio de acción a todos los “oscuros rincones del mundo” y llevar hasta allá, a sangre y fuego, al neoliberalismo en boga, en su forma más cruel y brutal, desatando guerras y tragedias.
Eso ya lo saben bien en Afganistán, Siria, Iraq, Libia, Yemén, mientras que Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua están bajo amenazas declaradas del Emperador y su pandilla en medio de un mundo donde se han hecho trizas todas las normas y códigos del derecho internacional (Carta de la ONU), de las relaciones diplomáticas entre Estados (Código de Viena) y del comercio internacional (Código de la OMC).
Como parte de todo ese desastre está la OTAN en lugar preferente, cual instrumento bélico aventurero y agresivo, sin límites visibles, manejado desde Washington por la Casa Blanca y el Pentágono tanto en esta como en anteriores administraciones imperiales.
Pues Trump ha anunciado que incorporará a Brasil a ese engendro como “socio extra” –como lo fue Argentina en tiempos del corrupto Menem y hoy es la Colombia de Uribe y los suyos– y lo ha confirmado como “socio preferente” en el continente.
Al menos así lo ha dicho, aunque sabemos que el excéntrico mandatario no se caracteriza por hacer coincidir sus dichos con sus hechos.
Por su parte, el pueblo brasileño siente vergüenza e indignación de que semejante decisión haya sido anunciada por un mandatario extranjero y que esas ínfulas imperiales ni conmovieran a Jair Bolsonaro, servidor y títere del imperio como jamás hubo con anterioridad en la historia de la gran nación brasileña, orgullosa siempre de su potencialidad e independencia y hoy jugando el triste papel de colonia de Trump.
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