Cultura térmica (II)

14 de mayo de 2019

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Bruno Henríquez

 

Apréndete bien las reglas
para que puedas romperlas apropiadamente.
Dalai Lama

 

Al tratar de la cultura térmica nos referimos a cómo interpretamos y actuamos ante el calor que fluye a nuestro alrededor, cómo lo percibimos en forma de calor o frío y que acciones realizamos para obtener el confort o alguna ventaja de esa energía térmica a la que llamamos calor, tanto en las acciones de la vida cotidiana como en las soluciones de tipo tecnológico.

En una sección anterior mencionamos algunos aspectos del frío veamos ahora lo que pasa cuando hace calor.

En principio, la temperatura ambiente es más alta de lo que nos permite evacuar el calor de nuestro cuerpo, así que en el verano el problema es deshacernos del calor, debemos refrescarnos. Para eso aparte de las costumbres tradicionales que hemos aprendido desde niños, hay algunas acciones que dependen de nuestros conocimientos y la intensidad de la sensación de calor.

La piel en general es la parte del cuerpo que está en contacto con el aire que nos rodea y los objetos que tocamos, por lo que es también una parte importante en la percepción de calor o el frío.

 

 

Para evitar el malestar que provoca el calor la reacción lógica es destaparse, y la reacción involuntaria del cuerpo es sudar, y así humedecer la piel que se refresca al evaporarse la humedad del sudor. También buscamos los lugares donde sopla el viento, sobre todo donde el aire es más fresco, a la sombra donde no da el sol o no hay fuentes de calor o superficies calientes que molesten. Se buscan lugares con aire acondicionado, a la sombra o con el aire fresco circulando.

Si bien mencionamos los puntos más sensibles al frío, haremos lo mismo con el calor. Pero el proceso es el contrario. Si en el frío nos abrigamos, en el calor nos desabrigamos, nos desvestimos usamos ropa ligera, de colores claros. Todo esto está relacionado con la superficie de nuestra piel que queda expuesta, por eso el uso de ventiladores y abanicos nos refresca al ayudar la evaporación del sudor.

Si hemos estado al sol y el calor es excesivo una toallita húmeda situada en la nuca nos refresca.

Los puntos más sensibles al sentir calor son: la cabeza, los pies, la piel, sobre todo la del pecho y la espalda, los vestidos y camisas de mangas cortas la ropa son una ayuda, la ropa de tela gruesa se pega con el sudor.

El hecho de que el ambiente sea caliente o frío determinará también como serán nuestras construcciones, nuestra ropa y las comidas que consumamos, por lo que aspectos culturales como la cocina, la moda, la arquitectura están afectados por el clima, aunque a veces las medidas que tomamos son contrarias a la obtención del confort.

 

 

Para comprender cuales serían las manifestaciones de la cocina, la moda y la arquitectura que nos dan más confort debemos conocer, que es el calor, como se propaga y como debemos aprovecharlo o protegernos de él. También conocer aquellos términos que nos ayudan a comprender qué es lo que pasa y como remediarlo; les menciono algunos: calor sofocante, hipotermia, hipertermia, ventilación natural, confort ambiental y térmico. De esos trataré en las siguientes entregas sobre cultura térmica.