Agrávase la situación en Libia
16 de abril de 2019
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Aviones del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con sede en Tobruk y controla el este de Libia, bombardearon este martes por tercera vez el aeropuerto de Trípoli, la capital, donde reside el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), respaldado por la ONU, mientras tribus que se venden al mejor postor y grupos terroristas, que van y vienen, permanecen a la expectativa.
Uno de los aparatos fue derribado, en tanto se conocía que los ministros del GAN se pusieron a buen recaudo en el vecino Túnez, luego de conocerse que las tropas del ELN, que dirige Jalifa Haftar, quien fuera comandante del Ejército Nacional de Libia, se haba expandido en el este y controlado zonas del sur, y amenazaba con tomar Trípoli.
La cadena Al Marsad mostró las imágenes del jefe del Banco Central embarcando en un avión hacia el país vecino.
Al mismo tiempo, otra cadena, Al Mutawassit, informó que las tropas de Haftar realizaron un desembarco en lanchas de asalto cerca de una base naval a 17 kilómetros al oeste de Trípoli.
Por su parte, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, llamó a todos los actores políticos de Libia a entablar un diálogo, y agregó que Moscú mantiene contactos con todas las fuerzas políticas libias.
La tropa que se encuentra bajo el mando de Haftar, es capaz de establecer su control sobre Trípoli. Sin embargo, su oponente del GAN, Fayez Sarraj, radicado en Trípoli, llamó a todas las fuerzas a defender la capital.
La ONU se movilizó para pedir una tregua humanitaria, sin éxito, mientras que Estados Unidos comenzó a retirar a su personal en Trípoli, ante la amenaza de la caída de la capital.
Aunque EE.UU. afirmó que es neutral en el conflicto, sin dudas apoya al grupo de Trípoli, mientras Haftar mostró su confianza en Rusia, en oposición a Washington y Londres, elementos estos que, según apuntó, fueron los principales culpables del caos que vive su país, desde hace ocho años, cuando se produjo la agresión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y el posterior asesinato del líder libio Muammar Gadafi.
Jalifa Haftar
Jalifa Haftar, de 75 años, era un elemento importante en el gobierno de Gadafi y, como militar, combatió contra Israel en la Guerra del Yom Kippur, así como contra Chad, donde fue hecho prisionero.
Por alguna razón no aclarada, Gadafi no hizo esfuerzo para liberar a Haftar, y desde ese entonces se convirtió en enemigo del líder libio, cuestión que aprovechó la CIA para gestionar su liberación, enviarlo a Estados Unidos, darle la ciudadanía norteamericana y una residencia en Virginia.
No obstante, Haftar decidió liberarse de la tutela de la CIA y emprendió por lo que él calificó de batalla por la liberación y unidad de Libia.
El gobierno que estableció en Tobruk es laico, en contraposición del islamista apoyado por Naciones Unidas y Occidente en Trípoli.
Hay que recordar que cuando el gobierno emergente entró en un nuevo conflicto interno en el 2014, la Cámara de Representantes Libia se mudó a Tobruk con el apoyo del ENL, mientras que el GAN se quedó en Trípoli, y ambas fuerzas han disputado desde entonces el poder en el país.
A la compleja situación se suma, además, la presencia de células del grupo terrorista Estado Islámico en el país, que recibe indistintamente apoyo de EE.UU. y otras naciones occidentales, aunque traten de negarlo.
Por lo pronto, subrayo, las tropas de Haftar –quien asegura que no atacará a civiles– se mantienen muy cerca de la capital, donde el GAN ha acumulado tanques y misiles, en tanto la ONU llama inútilmente a una tregua.
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