La calle Tejadillo
4 de abril de 2019
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Tejadillo comienza en la calle San Ignacio, frente a la antigua portada del seminario San Carlos y San Ambrosio y termina en Monserrate, teniendo a su izquierda el comienzo de la calle Villegas. Su denominación se le dio por una casa que se destacaba de las demás por su “tejadillo”, cuando en su mayoría no alcanzaban los dos niveles de altura y eran aún construcciones de techo de paja o guano. Según el historiador Manuel Pérez Beato esta casa que le dio nombre a la calle se encontraba en la intersección de esta con la de Cuba, donde existía demás, la taberna de Pedro Hernández hacia 1666.
Durante un tiempo a la calle Tejadillo también se le llamó Conde de Ibáñez, pues en esta misma esquina vivió don Francisco Ibáñez y Palenciano (1823-1892), Conde de Ibáñez, quien resalta dentro de las personalidades que habitaron la calle. Este señor, cuyo título le fue otorgado en 1880, fue además Coronel de Milicias Disciplinadas de la plaza de La Habana, Regidor de su Ayuntamiento, Teniente Alcalde y Alcalde Segundo de La Habana y Senador del Reino, entre otros muchos honores y cargos, merecidos por su servicio leal a España. Amasó una gran fortuna gracias al negocio de esclavos, ganándose el buen título de negrero y luego el de comerciante de culíes chinos.
El 2 de marzo de 1928 el Ayuntamiento le cambió el nombre antiguo por el de Lola Tió, en homenaje a la poetisa y revolucionaria puertorriqueña fallecida en La Habana, sin embargo, gracias al empuje popular y a la labor de Emilio Roig se le restituyó el de Tejadillo en 1936.
Al parecer esta calle tenía salida al mar antes de construirse la iglesia y colegio de los Jesuitas, luego Catedral de La Habana. Era el sitio conocido como playa de las Tortugas, donde el 1841 se trazara el paseo de la Cortina de Valdés. Hasta ella llegó el mar en 1928 cuando se realizó el nuevo proyecto de la Avenida del Puerto.
La convergencia de Tejadillo con la portada lateral de la Catedral resulta una suerte de telón de fondo para la calle que contribuye a realzar sus valores urbanos y arquitectónicos. Aunque luego fue remodelada al construirse una nueva entrada para los seminaristas frente a la bahía, esta continuó formando parte de la imagen de Tejadillo.
Destaca también en su primer tramo el antiguo colegio de las religiosas del Sagrado Corazón, ubicado desde 1888 en Tejadillo No. 2. Según el historiador Manuel Pérez Beato, en el edificio señalado con el No. 57, antes 13, existieron desde finales del siglo XVIII unos baños famosos que tomaban el agua de un copioso manantial que allí brotaba y estuvieron abiertos hasta 1890, aproximadamente.
En este mismo lugar, entonces en un moderno edificio llamado Rosario, se estableció en el apartamento 306 el bufete Azpiazo-Castro-Resende, para asuntos civiles, criminales y sociales. En él laboraron los abogados Jorge Aspiazo, Rafael Resende y Fidel Castro, este último ejerció allí su profesión entre 1950 y los primeros meses de 1952. Actualmente el despacho forma parte de la red de museos de la Oficina del Historiador, el cual abrió sus puertas al público como parte de la Ruta especial por los 90 años de Fidel, incluida en el proyecto de verano Rutas y Andares 2016, liderado por dicha institución.
Asimismo, está la memoria histórica de personalidades que vivieron en esta calle como el filósofo y educador José de la Luz y Caballero; José Valdés Fauli, abogado, quien fuera en su momento rector de la Universidad y director de la Sociedad Económica de Amigos del País; y Emilio Roig de Leuchsenring, historiador de La Habana y fundador de la Oficina del mismo nombre, en 1938.
En Tejadillo No. 165, antiguo 43, estaba el Colegio de Notarios y Abogados, dirigido por el notable jurisconsulto Jesús María Barraqué. Era entonces un hermoso edificio de líneas modernistas, proyectado por el maestro de obras catalán Ignacio Más y Morell a principios del siglo XX.
En su final la calle conducía a los paredones de la muralla y luego al Mercado de Colón, popularmente conocido por Plaza del Polvorín. En la actualidad desemboca en el Museo Nacional de Bellas Artes –sede del arte cubano–, proyecto de Alfonso Rodríguez Pichardo e importante ejemplo de la arquitectura moderna erigido en 1954. En la entrada principal, recibe al visitante, la escultura de Rita Longa Forma, Espacio y Luz.
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