El libro de Roberto Faz: “Sonero Mayor de Cuba” (I)
21 de febrero de 2019
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Cuando el autor de este libro: mi estimado amigo y colega Juan Gaspar Marrero, me solicitó por email la posibilidad de comentar este formidable material, en verdad no pensé en darle respuesta inmediata, sin embargo, en mi fuero interno, rápidamente tomé la decisión de hacerlo. ¿Cómo podía sustraerme a tan noble, agradable y sana petición? e inmediatamente le contesté que sí. Estaba seguro que el amigo Gaspar sabía desde hace mucho tiempo el interés que despertaría en mi persona su beneficio, pues era la oportunidad en pocas palabras, de manifestar todo el reconocimiento, admiración y respeto que sentía y siento por uno de los cantantes cubanos más grande de todos los tiempos: Roberto Faz Monzón.
Seré breve al comentar las documentadas páginas que configuran el texto Roberto Faz: Sonero de Cuba, defendido por la pluma certera del musicógrafo y ya enunciado camarada y amigo Gaspar Marrero, texto felizmente puesto a nuestro alcance, con tiempo suficiente, para entrar en su valoración.
Juan Gaspar Marrero es quizás uno de los escritores e investigadores de la música popular cubana en que asisten, de forma cuasi perfecta, el difícil enlace entre fondo, forma y contenido, idea y expresión, inclinación y estilo, siempre fijados en pleno destaque intelectivo y alto vuelo reflexivo.
Dueño absoluto de una escuela sosegada, profunda y distinguida por una matemática comunicación entre “el yo, el ustedes, y el nosotros”, Gaspar Marrero se adentra en estos y otros campos de la historiografía musical cubana de manera resumida, precisa, y de una limpia y conservadora raigambre en su escritura.
Siempre he pensado y en múltiples ocasiones dicho, que, Gaspar es uno de lo investigadores de nuestra música más afanoso y enterado; sus indagaciones se mueven entre la fonografía musical cubana y su trascendencia como amparo de la memoria sonora de Cuba, hasta adentrarse en otros saberes importantes, de la historiografía musical cubana.
Otros libros cosechados por Gaspar lo demuestran: Orquesta Aragón, Presencia de la Fonografía musical espirituana, y el Conjunto Casino, esta última, resulta historia capital acerca de esta afamada agrupación, que, no por gusto se presentaba en todos los espacios artísticos, con el sobrenombre de Los Campeones del Ritmo, texto publicado felizmente por este importante sello editorial. Todo excelentemente documentado, base primordial de toda buena investigación.
En estos y otros importantes materiales de su autoría, se destaca una muestra de un saber acumulado durante décadas de investigación y análisis, y de alguna manera, singulares consideraciones a quienes casi todos los que nos dedicamos a la investigación, de alguna manera les debemos algo, entre otros: Odilio Urfé, Argeliers León, Teté Linares, Helio Orovio, Alberto Muguercia, Ezequiel Rodríguez, y algunos otros musicólogos e investigadores importantes.
Hablar de Cuba en el ámbito del Caribe es reconocer forzosamente del aroma de su selecto tabaco, del dulzor de su caña de azúcar, de su exquisita música y ritmos populares inimitables, y por supuesto: de Roberto Faz Monzón, ente que constituye una especie de enviado eterno de nuestra música popular más soberana, más auténtica y valedera.
Este último accionar, decididamente es el que ha colocado a Cuba en centro de los pueblos de una buena parte del Caribe considerando a nuestra pequeña Isla, en lo que respecta concretamente al arte musical popular; él –Roberto Faz– ha sido uno de los pocos en reflejar objetivamente, a través de sus cantares, las costumbres, sentimientos, poderes telúricos y cualidades musicales del pueblo cubano.
Pero si alguien pusiera en dudas, o no quedara claro del por qué valoramos categóricamente a este excelente cantante con estas palabras, la lectura en detalle del texto Roberto Faz Sonero de Cuba, aclarará en pormenores el por qué de la cosa, y como este cultivó las formas y estilos de su buen cantar, a través de una historia muy bien investigada y mejor contada.
El texto Roberto Faz Sonero de Cuba debe leerse considerando conceptos puntuales que, desde el criterio autoral perfilan objetivamente, la figura artística del gran músico como en toda obra intelectual que se respete en su realización.
La lectura del libro transpira placer y no pocas sorpresas, en tanto permite apreciar experiencias de una vitalidad artística muy poco conocida.
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