Las provocaciones en el estrecho de Kerch
30 de noviembre de 2018
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La Federación de Rusia respondió enérgicamente en defensa de su soberanía e integridad territorial a las provocaciones de que fue víctima, en el estrecho de Kerch, por parte de patrulleras navales artilladas pertenecientes a la vecina Ucrania, que traspasaron los límites marítimos rusos en ese paso, que permite el acceso al Mar de Azor.
Quien observa en un mapa los detalles de esa región percibe inmediatamente su volubilidad y relativa estabilidad, si se tiene en cuenta el papel anti ruso y provocador que está jugando el gobierno golpista de Ucrania como punta de lanza de las llamadas “potencias occidentales”, especialmente de Estados Unidos, contra Rusia.
Recordar que recientemente se efectuaron las elecciones que condujeron a la institucionalización de la situación interna de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, ambas negadas a someterse a la anexión a Ucrania, donde obtuvieron el triunfo electoral de los candidatos partidarios del establecimiento de relaciones de cooperación, ayuda mutua y paz con Rusia. Para el chocolatero Poroshenko y los suyos esto fue una derrota contundente de la cual no podrá, al parecer, recuperarse. Ahora busca sacar rédito electoral para su reelección en juego dudoso el 31 de marzo próximo.
En cuanto a la operación provocadora como tal, medios de prensa ya se han referido a la presencia dentro de las patrulleras ucranianas de oficiales de inteligencia que cumplían otros propósitos al adentrarse en los límites marítimos rusos, muy cerca de la península de Crimea y del gigantesco puente recién inaugurado por las autoridades rusas, que cruza sobre el citado estrecho y une directamente a ambos territorios.
Resulta obvia la importancia estratégica de este puente, que Rusia construyó en tiempo récord para asegurar la comunicación terrestre con Crimea, donde está basificada la importante flota rusa del Mar Negro con acceso al Mediterráneo.
Para Rusia, amenazada simultáneamente por varios flancos, se trata de una zona de máxima prioridad. Los prisioneros ucranianos y las naves patrulleras se encuentran sometidas a proceso judicial y retenidos como medida cautelar hasta que concluyan las investigaciones a finales del mes de enero, según anunciaron autoridades judiciales rusas.
Alrededor de este nuevo episodio anti ruso, que se añade a las numerosas amenazas y sanciones promulgadas reiteradamente por Trump y hasta ahora acompañadas generalmente por la Unión Europea, emerge nuevamente el fantasma de la agresión que debe ser precedida por una campaña de descrédito y aislamiento diplomático, como la que busca con este tipo de provocaciones.
Atemorizar a Rusia nunca ha sido exitoso. Napoleón y Hitler se arriesgaron y ambos pagaron las consecuencias.
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