Cienfuegos revaloriza su patrimonio industrial
30 de noviembre de 2018
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La ciudad cubana que en 2019 cumplirá doscientos años de fundada, la otrora Fernandina de Jagua, debe su nacimiento a la trilogía azúcar, ferrocarril, puerto y como asegura la especialista en gestión del patrimonio de la Oficina del Conservador de Cienfuegos, Leonor Pastrana, “tal fue así que antes de cumplir diez años, su puerto ya estaba habilitado”, lo cual indica que la urbe fundada por los colonos franceses en el siglo XIX, debe su florecimiento al enclave geográfico que le ha sido consustancial.
Esa institución, abanderada en la conservación de los valores del patrimonio cienfueguero, no puede obviar tal hecho por lo que “ha ido dando pasos, poco a poco, y en un primer momento reanimó el corredor Santa Isabel o calle 29, una de las arterias fundamentales por donde se desplazaban las mercancías que llegaban al puerto y donde había algunos almacenes”. Esa vital arteria hoy muestra una nueva visión, es un paseo peatonal con venta de artesanía y se han ido rehabilitando algunos inmuebles.
A juicio de Pastrana el más importante es La Lonja, “lugar de obligada visita de los hombres que venían por mar, por lo que estaba muy ligado al quehacer portuario. Acudían para ingerir alimentos y creo que aquí está implícito también el patrimonio intangible, pero, ¿qué tiene de importante este corredor de la calle 29? El hecho de hacer una intersección con la calle La Mar, arteria enfrentada al litoral, propiciaba que todo lo que entraba o salía de la ciudad era por este punto”.
“Además, nuestros primeros biógrafos señalan que ese era el lugar de encuentro de los colonos con los nuevos agricultores que se incorporaban desde el muelle. Allí disfrutaban de un almuerzo al aire libre”, recuerda la gestora del patrimonio cienfueguero. Y agrega: “precisamente esa es una de las tradiciones que la Oficina quiere retomar cuando la calle se convierta en el Paseo La Mar, ya hay un establecimiento conocido como La piña colada, donde se expenden comidas ligeras”.
“Entre los proyectos que tenemos está la dinamización de este paseo, para lo que se han ido habilitando muelles, almacenes y se ha recuperado la vista del litoral. En uno de sus extremos, donde existía un inmueble en condiciones muy malas, se ubica hoy la Plazuela de la Juventud, acondicionada para el acceso a Internet y donde se celebra una actividad cada mes. Se prevé, además, la extensión del paseo de la calle La Mar hasta la calle 37 o el Prado”.
Al patrimonio industrial de Cienfuegos, esta vez desde el punto de vista educativo, también se refirió Leonor Pastrana cuando dio a conocer que el proyecto Sendas de la Oficina del Conservador incluye un recorrido por el patrimonio azucarero. Este hace una parada en el central Pepito Tey, antiguo Soledad, para mostrar no solo a los visitantes, sino también a los que habitan el batey, el patrimonio con que cuentan porque “si usted no sabe lo que tiene no lo puede cuidar y si no lo cuida, no lo puede conservar”.
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