Talleres de restauración: una iniciativa para preservar el patrimonio cultural

30 de noviembre de 2018

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Maria Karla Villar Mora

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Cuba, Cultura, Instituto Ítalo-Latinoamericano (IILA), Oficina del Historiador de La Habana, Restauración

 

 

El Instituto Ítalo-Latinoamericano (IILA) colabora en materia de restauración con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHcH) desde el año 2005. A partir de entonces, se han creado cursos, talleres y otras acciones dirigidas a actualizar los conocimientos y las técnicas de nuestros profesionales respecto a la restauración del patrimonio cultural.

“Los trabajos de cooperación se iniciaron precisamente con nosotros –recordó Antonio Quevedo, Director del Museo de Arqueología de la capital cubana– en un curso en el que se trató el tema de la restauración de las cerámicas ordinarias que aparecen en las excavaciones arqueológicas. Esto se refiere a cerámicas de uso cotidiano como cazuelas para cocinar, y diferentes tipos de objetos relacionados con este mundo, y realmente fue una experiencia muy novedosa porque gracias al IILA pudimos usar diferentes productos para la restauración los cuales conocíamos a partir de la literatura, pero nunca habíamos podido trabajar”.

 

 

Entre los beneficios que estos encuentros suponen para los especialistas y profesionales de la conservación y la restauración en Cuba están: la actualización de elementos teóricos y prácticos vinculados a la especialidad y a otros aspectos afines como la museología, la museografía, la conservación de los objetos patrimoniales, su preservación; entre otras.

Para la profesora Cecilia Santinelli, consultora experta en el sector Patrimonio Cultural del Instituto Ítalo-Latinoamericano, se trata de una “fructífera colaboración” que ha sumado experiencias a partir de la realización de talleres precedentes dedicados a la conservación del vidrio patrimonial, de la cerámica patrimonial arqueológica y mayólica, y la creación del taller de restauración de papel que se encuentra en el edificio Santo Domingo del Gabinete de Conservación y restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana.

“Después de esta experiencia –asegura la especialista italiana– se empezaron a crear talleres y pequeños laboratorios en el país: Cienfuegos, Camagüey, Matanzas, y el próximo año en Baracoa. Significa crear una relación muy estrecha entre La Habana y las ciudades patrimoniales a través de la Red de Ciudades Patrimoniales cubanas”.

 

 

Estos encuentros destinados a restauradores, licenciados en Bellas Artes, arqueólogos y demás profesionales involucrados en el sector de la conservación del patrimonio cultural ha aportado resultados muy positivos que pueden ser apreciados en algunas instituciones de la parte más añeja de la ciudad.

“Hoy en día, en muchas de nuestras instituciones como en los museos arqueológicos Castillo de la Real Fuerza y San Salvador de la Punta, se pueden ver piezas muy valiosas de cerámica encontradas en diferentes excavaciones arqueológicas realizadas en el Centro Histórico, y que hoy se exhiben con una restauración, con acabado exquisito, gracias a esas técnicas aprendidas durante años en estos cursos los cuales también coinciden con el conocimiento de los últimos productos que se están usando en cuanto a la restauración de estos materiales, conocemos técnicas que son novedosas y que de otra manera no pudiera ser”– explicó Quevedo.

 

 

Desde el pasado 19 de noviembre y hasta el próximo 7 de diciembre, el laboratorio de conservación del Museo de Arqueología de la capital acoge un nuevo taller, esta vez dedicado a las “Técnicas de integración cromática en la restauración de la mayólica”.

Convocado por el Instituto Ítalo-Latinoamericano, en colaboración con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y la Agencia de Cooperación Italiana al Desarrollo, este encuentro posee ciertas particularidades que dotan a la presente edición de una mayor relevancia.

“El curso de este año de especialización sobre la integración cromática en el sector de la mayólica es una experiencia muy particular –aseguró Santinelli– no solamente en el sentido práctico de formación profesional, sino también porque dentro de este curso están especialistas de La Habana, del sector de la restauración, pero también de otras ciudades patrimoniales cubanas. Además, es el primer curso regional, lo que significa que está abierto a países latinoamericanos. Tenemos restauradores de Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Guatemala; y esto nos pareció un punto muy importante de ver también La Habana como un centro de relación y de intercambio dentro de esta especialidad, no solamente para Cuba y los cubanos, sino también para estos países latinoamericanos”.

 

 

Entre los profesionales que han venido a La Habana en esta ocasión para participar del taller de integración cromática en la restauración de la mayólica, se encuentra Leonel Pérez Orozco, conservador de la Ciudad de Matanzas, quien reafirma la necesidad y relevancia de este taller teórico-práctico.

“Este curso es reamente algo muy importante para los conservadores y las Oficinas del Conservador de las ciudades patrimoniales en el país. Primero porque te pone en contacto con altos especialistas de un grado muy elevado de experiencia, de apoyo y sobre todo de manualidades que no tenemos desarrolladas en muchas de las oficinas del país. Además nos dota de una técnica para la restauración de la cerámica en los sitios arqueológicos que son tan importantes en todas las ciudades patrimoniales. Matanzas tiene un gran patrimonio arqueológico, tanto aborigen como colonial, y en el caso de la mayólica, que es exactamente lo que este curso está tratando, es fundamental”.

 

 

“Mi experiencia como arqueólogo es muy basta en todo el país –continuó Pérez Orozco–, pero en el caso de esta técnica no me había enfrentado nunca a ella, o sea es primera vez que estoy aprendiendo esa continuidad de los colores, algo que realmente en otro momento hubiera sido imposible para lograr una restauración correcta de un elemento cerámico, en este caso, mayólica. Para Matanzas me llevo la experiencia muy grata de haber aprendido esta técnica, de ahora replicarla entre los arqueólogos y los pintores y ceramistas que nos ayudan en esa ciudad para la restauración. Considero que una de las cosas más importantes que tiene este curso, no es solo llevarte tu experiencia personal y aprender algo que tú puedes desarrollar, sino transmitirla a otros para replicarla en otras personas que también van a convertirse en excelentes restauradores de la mayólica en cualquier lugar donde estemos” –concluyó.

En este sentido, la profesora Cecilia Santinelli señala entre los resultados más visibles, la creación de talleres equipados para el trabajo profesional y el “alto nivel” alcanzado por los restauradores cubanos en los más de 10 años de cooperación ítalo-cubana en este sector.

 

 

Para el claustro de profesores, conformado además por los catedráticos Andrea Papi, Franca Gambarotta y la Dra. Claudia Casali; cada encuentro resulta un punto de confluencia hacia nuevos proyectos.

Al respecto Sanelli asegura tener “varias ideas y proyectos para los 500 años de La Habana que están próximos a concretarse con la Oficina del Historiador de la Ciudad. Yo creo que la idea de Italia es crear una red entre Cuba y otros países alrededor, porque la isla puede ser un punto de referencia para los países latinoamericanos en el sector de la conservación y también puede surgir una relación fuerte y continua entre estas naciones.”

 

 

No obstante, el Instituto Ítalo-Latinoamericano ya prevé la continuación de acciones en el ámbito de la restauración del patrimonio cultural en otras provincias del país. “Con respecto a Baracoa –añade la especialista– vamos a crear estos talleres de conservación preventiva de papel, para los archivos y la biblioteca; no solamente de Baracoa, sino también de la provincia de Guantánamo. Pensamos también continuar en otra ciudad de la parte oriental y reforzar también la parte de la enseñanza de los oficios en el sentido que falta una escuela como la tienen aquí en La Habana”.

El Taller “Técnicas de integración cromática en la restauración de la mayólica”, constituye sin dudas una excelente iniciativa para garantizar la restauración del patrimonio cultural de las ciudades patrimoniales cubanas y a otras de Latinoamérica.