De manera oportunista, estilo que caracteriza históricamente a la política exterior norteamericana, el gobierno de Estados Unidos decide emplear la bomba atómica contra Japón.
29 de marzo de 2013
De manera oportunista, estilo que caracteriza históricamente a la política exterior norteamericana, el gobierno de Estados Unidos decide emplear la bomba atómica contra Japón.
Ya las horas del fascismo estaban contadas y, por tanto, resultaba innecesario acudir al uso de un artefacto bélico cuyas nefastas consecuencias eran previsibles. No obstante, Washington optaba entonces por el chantaje nuclear.
La bomba atómica, lanzada sobre Hiroshima, causaría irreparables daños humanos y ecológicos que, aún hoy, continúan cobrando víctimas.
Transcurridas apenas 48 horas del primer genocidio, el día 8 de agosto de mil 945, aviones norteamericanos lanzaban una carga mortífera similar sobre Nagasaki.