Portugal aprovecha y disfruta sus frutos de temporada
25 de octubre de 2018
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Con la llegada del otoño, un característico olor a castaña asada impregna las calles de Lisboa, una humareda blanquecina se adueña del ambiente y las castañeras se ponen el delantal, instalan sus puestos ambulantes e incitan a los transeúntes a llevarse un puñado de castañas asadas, muy apetecibles en los días más fríos, sobre todo si tienes las manos heladas. Esta escena se repite todos los años en Lisboa. En las calles de los barrios más populares y céntricos como Chiado, Baixa o Rossio abundan los vendedores ambulantes.
Las castañas se asan con mucha sal para que se abran, mantengan el calor y adquieran ese sabor entre salado y dulce tan especial. Las castañas en Lisboa saben distinto. Son más tiernas, menos harinosas.
Se venden en cucuruchos de papel periódico por tradición, cosa que no es muy higiénica y pudiera ser hasta un poco tóxico el contacto de la tinta con el alimento, pero es así como ellos lo venden comúnmente.
Es una tradición muy antigua el consumo de castañas en la que la papa todavía no había llegado a Europa y la castaña era la principal fuente de hidratos de carbono. Con la llegada de la papa, el consumo de castañas se fue relegando a los fríos meses de invierno, y hoy en día se asocia directamente con la fiesta de San Martín. Hay un refrán popular portugués que dice Por San Martín, castañas asadas, pan y vino. Y eso es lo que hacen los portugueses cada 11 de noviembre fecha en la que se celebra San Martín, que era un soldado romano, que en medio de una fuente tormenta de nieve compartió su capa con un mendigo, tal fue el gesto, que de repente salió el sol y se derritió toda la nieve. De ahí que aún hoy en día se conozca con el sobrenombre de veranillo de San Martín. En Portugal se celebra San Martín alrededor de hogueras, comiendo castañas asadas y probando el Agua Pé, el vino nuevo de baja graduación o la jeropiga, una bebida alcohólica típicamente portuguesa que consiste en añadir aguardiente al mosto de uva.
Posee magníficas propiedades para mantener una salud equilibrada. Tienen alto contenido en minerales magnesio, potasio, hierro y fosforo.
El hierro presente sirve para prevenir las cefaleas provocadas por anemia.
Las castañas asadas son ricas en potasio que es bueno para la circulación y por lo tanto para prevenir la hipertensión. El potasio regula los fluidos corporales y evita la artritis. Favorece la diuresis y favorece la síntesis de proteína. Es muy recomendable consumirlas por las personas que padecen de anemia, cansancio, y problemas en la piel, en casos de niños de forma general.
Poseen hidratos de carbono complejos de modo que mantienen los niveles de azúcar equilibrado y quitan la sensación de hambre porque se absorben lentamente.
Hay presencia en ellas de fosforo que protege al sistema nervioso y fomenta la memoria
Los taninos presentes en las castañas son buenos para las diarreas, pues son remedio perfecto como astringentes.
Y también en las castañas está presente el triptófano un aminoácido esencial que sirve para combatir el insomnio.
Posee propiedades vasculares reconstituyentes y antinflamatorias.
La forma de proceder con las castañas antes de asar es cortando a un lado para que no exploten en la chimenea. Es decir se rajan una por una las castañas desde la punta hacia adentro, es un corte profundo hasta la mitad de la castaña.
Ellas se asan de diferentes maneras, la más común y tradicional es en la lumbre de la chimenea en el invierno, a la luz de la misma y se cuentan historias de la vida. Después se pelan muy fáciles.
También se asan usando sartenes viejos, se echan en la en los mismos, se mojan debajo del grifo, se escurren para que queden húmedas, se ponen al fuego fuerte tapada, mover cada 5 minutos por espacio de 15 minutos.
Ya asadas las castañas destapar y se sirven en un plato. Después se pelan y quedan sorprendentemente deliciosas.
Ya las castañas asadas se pueden preparar de diferentes maneras en puré, sopas , hechas casi harina para hamburguesas, bizcochos,etc.
Puré de castañas:
Ingredientes:
½ kg de castañas
120ml de nata
½ taza de aceite de oliva
Sal y pimienta molida
Procedimientos:
Llena una cazuela con agua por la mitad le añade sal, se incorporan las castañas y se cocinan por 2 horas o 2 ½ horas, pasado ese tiempo y ya blandas, frescas, se les quita piel y partimos en trocitos. Después ponemos la cazuela en el fuego, se le incorpora aceite de oliva, nata y se remueven las castañas y echamos un poco de sal y pimienta molida, vamos removiendo hasta que comience a hervir la nata, se apaga y se pasa la mezcla por la batidora hasta obtener una consistencia densa, se rebaja con leche si es muy densa.
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