La imagen sin límites: 180 años de la fotografía insular

24 de octubre de 2018

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Estrella Díaz

Fotos tomadas del sitio Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

 

Hasta el próximo 26 de noviembre en la Sala temporal, tercer nivel del edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), se exhibe La imagen sin límites, exposición antológica de fotografía cubana que incluye una apretadísima selección de 50 artistas, con dos imágenes de cada uno, para un total de 100 instantáneas.

La exposición —que es una suerte de recorrido de la fotografía desde su llegada a Cuba en 1840 hasta nuestros días— fue curada por el doctor Rafael Acosta de Arriba, investigador y crítico de arte, quien aseguró al programa Luces y sombras de Habana Radio que “la idea principal de la exposición está fundamentada en su criterio personal de que la fotografía nacional es una de la expresiones visuales que en las últimas décadas ha tenido un crecimiento notable y un impacto grande en los distintos circuitos del arte contemporáneo internacional”.

Subrayó que en 2005 presentó a la dirección del MNBA este mismo proyecto, pero en aquel momento no fue aceptado: “mantuve la idea de hacerlo hasta que el año pasado con el concurso de Jorge Fernández, director de la institución, y de Niurka Fanego, jefa del Departamento de Curaduría de Museo, y con la aprobación de todo el equipo de curadores, estuvieron de acuerdo en realizarlo”. Es —subrayó de Arriba— “un regreso en grande de la fotografía” a las salas expositivas del Museo y eso no quiere decir que no haya habido excelentes exposiciones de fotografía en los últimos años —que sí han existido— pero esto es una antológica y, por lo tanto, un homenaje a los fotógrafos cubanos y a la fotografía cubana.

Recordó el curador que esta muestra antológica tiene como antecedente una efectuada en el propio Museo en el ya lejano 1983 que se expandió a todo el edificio de Bellas Artes: “no se trata de una reedición sino una nueva mirada al desarrollo de la fotografía en Cuba; han transcurrido 35 años de una muestra a la otra y creo que, precisamente, en ese período la imagen estática cubana cambió de manera radical moviéndose desde la fotografía de la épica —de los primeros diez años de la revolución, es decir, la década de los sesentas— a una fotografía con aires postmodernos y con los códigos visuales más al uso en el arte contemporáneo internacional”.

 

 

Enfatizó Rafael Acosta que es “muy interesante” ver los procesos y evoluciones que se han operado en la fotografía cubana desde los años ochenta hasta el presente 2018 y reconoció que “es absolutamente consciente de las omisiones”, pero por razones de espacio físico “no había otra manera de comprimir la muestra”.

 

 

La imagen sin límites está acompañada de un Catálogo —de 160 páginas—que ha sido patrocinado por amigos españoles, en primer lugar, por Miguel Selvis, de Ediciones Selvis, y otros dos coterráneos: Clorofila digital, una entidad madrileña muy importante dedicada esencialmente a la fotografía, y Gabriel Navarrete, un español que comparte su vida entre La Habana y Madrid que “han sido claves para la documentación de la muestra”.

 

 

El Catálogo, que vio la luz bajo el sello editorial Collage Habana del Fondo Cubano de Bienes Culturales, contiene cuatro textos: uno de Jorge Fernández, director del MNBA; de Nelson Rodríguez Arellano, director de la Fototeca de Cuba; Niuka Fanego, jefa del Departamento de Curaduría del Museo, en el que hace un amplio recorrido por las relaciones de la institución con la fotografía, y el de Rafael Acosta quien da las coordenadas fundamentes del pensamiento que están detrás de la exposición.

 

 

El volumen, que concluye con una ficha biográfica de todos los artistas y tres anexos, está divido en grades 5 momentos: comienzo de la fotografía en la Isla con José Gómez de la Carrera, fotógrafo español que vivió aquí mucho tiempo y quien documentó la Guerra del 95; Joaquín Blez, importantísimo fotógrafo de inicios de la fotografía y quien fue propietario de un importantísimo estudio en La Habana; La República básicamente centrada en el Club Fotográfico de Cuba, agrupación gremial alrededor de la que se nuclearon los principales fotógrafos de ese momento; la épica, referida a los sesentas; el cambio gigantesco y radical que se produjo en la fotografía en Cuba a finales de los ochenta e inicios de los noventas con el arribo a Cuba de la fotografía digital. Y el último acápite dedicado a la más reciente fotografía cubana, es decir, a los más jóvenes.

 

 

Luego de concluida la muestra el venidero 23 de noviembre se harán gestiones y coordinaciones pertinentes para que se exhiba el próximo año en Foto-España, evento muy prestigioso a efectuarse en Madrid en abril del 2019.