El Carnaval
9 de octubre de 2018
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Todos sabemos que el Carnaval es un tipo de festividad popular tradicional, que cada país celebra, anualmente, de acuerdo a sus características. Existen algunos que han adquirido fama internacional, como el de Río de Janeiro, en Brasil, y el de Santiago de Cuba. Hoy voy a referirme al Carnaval en Cuba que, según se afirma, tiene su raíz en las Fiestas del Corpus Christi celebradas aquí desde el siglo XVI.
Los Carnavales incluyen: música, danzas, carrozas, y desfiles de comparsas que compiten unas con otras, por lo que deben demostrar sus mejores atributos para ganar, algo que caracterizaba las festividades del Corpus y que se convirtieron en las continuadoras naturales de los elementos alegóricos, musicales y danzarios, incorporados ya a las tradiciones festivas de cada región. Sin embargo, no podemos olvidar la salida a la calle de los cabildos africanos el Día de Reyes (6 de enero), cuando hacían representaciones en la plaza pública, para las autoridades, y que influyeron notablemente en nuestro Carnaval, según afirma la musicóloga María Elena Vinuesa.
Intereses mercantiles, a lo largo de la pasada centuria, llevaron a la transformación de los valores tradicionales del Carnaval en Cuba, que lo fue alejando de la espontaneidad propia del cubano y, un día, se introdujo la elección de Reinas del Carnaval que desfilaban con sus damas en carrozas lujosas, quedando relegadas a un segundo plano las antiguas comparsas, las cuales fueron discriminadas por la sociedad de consumo, al considerarlas algo perteneciente al “bajo mundo”. Sin embargo, esa influencia fue menor en Santiago de Cuba.
La música, es un elemento fundamental en las comparsas del Carnaval. En su repertorio se destaca el canto colectivo apoyado por conjuntos de tambores e instrumentos de hierro (sartenes, dientes de arado, cencerros…) sin olvidar las trompetas y los trombones, para reforzar la melodía del canto. En Santiago de Cuba es importante la presencia de la corneta china durante estas fiestas populares.
En la actualidad, los organizadores del Carnaval habanero, hacen un gran esfuerzo por rescatar lo mejor y más genuino de esa tradición; pero mi criterio personal es que se necesita investigar más sobre este asunto para lograr un resultado de excelencia, pues no basta con esmerarse en el vestuario, la coreografía, y otros elementos que lo tipifican, ni en satisfacer los gustos de la población, que no siempre se identifica con la esencia de esta festividad, sino con tener abundantes lugares donde comer y beber. El verdadero Carnaval debe caracterizarse por el rescate de una tradición que no puede morir pero sí evidenciar su esencia en todos los aspectos que lo conforman, donde la música, como parte indispensable, debe evocar La Habana de antaño, esa que el doctor Eusebio Leal trata de rescatar día a día.
Celebremos el medio milenio de nuestra ciudad con un Carnaval digno de quienes la amamos.
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