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La mala hierba

5 de septiembre de 2018

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Como la mala hierba la extrema derecha europea renace cada cierto tiempo, aunque en la actualidad preocupa a la opinión pública de ese continente no solo por la presencia en gobiernos y parlamentos, sino también por el auge y su reconocimiento entre sectores populares.

Las noticias son cada vez más alarmantes, sobre todo por la situación que se presenta en Alemania, país que vivió el ascenso del nazismo y condujo al mundo a la Segunda Guerra Mundial, lo que provocó la muerte de millones de personas y la destrucción de la mayoría de las ciudades involucradas en el conflicto.

Hace solo horas, los despachos periodísticos daban cuenta de una nueva marcha ultraderechista en la ciudad sajona de Chemnit, encabezada por líderes escoltados por banderas de Alemania y guardaespaldas privados.

Se reseña que estaban destacadas figuras del Movimiento Islamófobo Pegida y líderes del Partido de la ultraderechista Alternativa para Alemania, lo que no es la primera vez que sucede, aunque en esta ocasión estaban diputados federales y otras figuras políticas procedentes de la capital y otras regiones.

Y es que según algunas encuestas la ultraderecha ya se ha convertido en segunda fuerza de esa nación y sus actuales líderes pretenden agrupar a todas las corrientes de ese signo, incluyendo a los neonazis, sin ocultar sus verdaderas intenciones y contar cada vez más con líderes jóvenes.

Algunos de esos líderes han llegado a cuestionar el monumento a las víctimas del holocausto, ubicado en el centro de Berlín, calificándolo como una vergüenza para Alemania.

Por otra parte comentaristas se preguntan si este movimiento de los ultraderechistas se está convirtiendo en una fuerza política abiertamente neonazi, sobre todo por sus consignas, como “el sistema está acabado, nosotros somos el cambio”, que resume declaraciones de los que si se identifican como tales.

La situación es tal que el gobierno se ha visto obligado a vigilar a estas organizaciones políticas por los servicios de inteligencia, como en el Estado federado de Baja Sajonia, ante las manifestaciones en contra de los refugiados y las minorías del país, a los que desprecian y difaman.

Pero si preocupante son sus acciones y declaraciones, cada vez más abiertas y provocativas, también son los resultados de recientes encuestas de opinión que le aseguran triunfos en caso de celebrarse elecciones regionales en Estados como Baviera y Sajonia.

En las últimas semanas estas manifestaciones se han ido presentando en diferentes ciudades del país. En ocasiones estos grupos ultras se han enfrentado a manifestantes de izquierda que denuncian sus intenciones y condenan sus objetivos.

No es primera vez que la “mala hierba” trata de renacer, aunque en esta ocasión lo hace en varios países, donde forman parte de esos gobiernos, o como “honorables” diputados de sus Parlamentos, lo que ya preocupa a los europeos y sus instituciones democráticas.

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